lunes, 20 de julio de 2015

Problemas de pareja en las vacaciones

La buena comunicación es fundamental en la resolución de conflictos de pareja.





Para muchas relaciones de pareja las vacaciones suponen una época en la que aumentan las discusiones y los conflictos por el mayor tiempo que pasan con la otra persona.


Normalmente suele ocurrir principalmente en relaciones que tienen problemas de comunicación o parejas en las que no comparten intereses, actividades, ocio... La rutina del año hace que se escondan un poco las diferencias que pueden existir entre los dos miembros de la pareja, pero cuando se tiene tiempo libre y aumenta la dedicación a la otra persona, los conflictos se hacen más evidentes.

Ocurre también que muchas veces los dos miembros de la pareja buscan solucionar esos conflictos no resueltos durante el año a través de viajes o escapacadas románticas. Pero no se trata de una buena estrategia, porque las vacaciones implican compartir más tiempo con el otro, tomar más decisiones, dejarnos llevar sin horarios... y si no compartimos ni nos comunicamos de manera correcta con nuestra pareja, los conflictos serán mayores. Además si nuestra expectativa en el viaje como forma de solucionar problemas es muy elevada, sentiremos mayor frustración cuando veamos que el resultado no es el esperado, con lo que los problemas lejos de desaparecer, se potencian.

Es conveniente que el destino de vacaciones sea elegido por los dos miembros de la pareja para que ambos puedan desarrollar allí sus intereses, sobre todo cuando hablamos de parejas que tienen  diferencias en el plano de ocio y actividades. Así, cada uno puede desarrollar también actividades de manera individual y se evitarán frustraciones.

La comunicación y la manera en que la pareja gestiona y resuelve conflictos es fundamental. Si bien es cierto que si durante el año la pareja no ha tenido las habilidades necesarias para afrontar y resolver problemas, durante las vacaciones será muy complicado que se llegue a acuerdos y a la resolución de los problemas de una manera adecuada. Precisamente por este motivo no se deben generar unas expectativas excesivamente altas con las vacaciones como estrategia de resolución de problemas.



¿Qué es una buena comunicación?

Consiste en que la persona exprese lo que siente, desea o quiere para resolver un problema sin la necesidad de aguantar y amoldarse simplemente por no llegar a desencadenar un conflicto. Si la persona simplemente acumula y se amolda, al final llega a perder el control de la situación y el conflicto será mayor. No debe tomarse un estilo pasivo ni un estilo agresivo de comunicación. 

Cualquier situación que nos produzca cierto malestar es necesario que se comente. Siempre hay que respetar los tiempos de la otra persona, es decir, que prefiera estar un rato sola antes de llegar a aclarar el conflicto y que estemos en el contexto adecuado. Al igual que se comenta la parte negativa, es necesario comentar con la otra persona lo positivo en el momento en el que ocurre para evitar que la pareja sólo vea la parte negativa de la relación y sea capaz de compensarlo con lo positivo. 

La mejor manera de saber que la otra persona nos está entendiendo es ejemplificar las situaciones que ocurren y evitar generalizaciones: "Siempre te comportas así" (esta fórmula es incorrecta) y se debe sustituir por otra más adaptada: "cuando en una situación X te comportas así, me haces sentir de una manera Y. ¿Podrías actuar de una manera X? Me ayudaría a sentir Y.

Debemos evitar comportarnos como adivinos de lo que la otra persona piensa y no hacer hipótesis sobre su pensamiento. Es necesario preguntar y aclarar la situación.

La comunicación no verbal también hay que cuidarla (gestos, muecas, tono de voz...), ya que además tiene más peso que la comunicación verbal. El tono de voz debe ser adecuado, debe existir contacto ocular, deben existir expresiones de asentimiento ( para que la otra persona sea consciente y vea que la estamos escuchando) e incluir sonrisas también es importante, ya que ayudará a crear un clima mayor de confianza, sobre todo cuando nos referimos a personas con un estilo pasivo de comunicación.













viernes, 3 de julio de 2015

Factores de riesgo en los trastornos de alimentación

La distorsión de la imagen corporal es evidente en los TCA






En el caso de los trastornos de alimentación lo primero que es percibido por el entorno de la persona es que poco a poco ésta va dejando de comer, su delgadez, y el miedo intenso a engordar. Sin embargo, detrás de todo ésto existen otras patologías: ansiedad, inseguridad, baja autoestima,depresión...


Hablamos de personas excesivamente perfeccionistas, que pretenden ser las mejores tanto en estudios, como a nivel laboral. Consideran que teniendo control sobre la comida, tienen control sobre el resto de aspectos de su vida y si algo les sale mal o no son aceptadas por alguien, atribuyen a sí mismas y a su aspecto físico el motivo de su fracaso. Buscan su felicidad en la degadez, de manera que la persona va poniéndose metas en la pérdida de kilos y el ir consiguiéndolo les hace "más felices" y les da un falso control sobre su vida. Pero el problema cada vez se agrava más y se hace más evidente, de manera que la persona también va viendo su imagen corporal más distorsianada.


¿Cuáles son los factores de riesgo principales?

Individuales:
  • Predisposición genética: existencia de antecedente familiar.
  • Características de personalidad: autoexigencia elevada, perfeccionismo, necesidad de control, rigidez cognitiva, rasgos obsesivos
  •  Baja autoestima
  • Edad: la adolescencia es la etapa en la que existe mayor riesgo, porque son más vulnerables a la presión social que reciben por la imagen corporal, ya que la personalidad, la autoestima y la red social aún están en pleno  desarrollo.
  • Sexo: aunque años anteriores era un trastorno que se asociaba a las mujeres, y actualmente todavía se dan más casos de mujeres que de hombres, cada vez son más los hombres que reciben un diagnóstico de trastorno de alimentación.

Familiares:
  • Ambiente familiar desestructurado
  • Ambiente familiar sobreprotector
  • Experiencias traumáticas o estresantes

Sociales:
  •  Modelo de belleza actual: cánones de belleza que promueven la delgadez.
  •  Presión social respecto a la imagen
  •  Comportamiento/ actitud de nuestro entorno hacia nosotros por nuestro físico

 ¿Cuáles son los síntomas de la anorexia?
  • Bajo peso corporal (inferior al 85 por ciento del peso normal para la estatura y edad).
  • Miedo intenso de volverse obeso, incluso cuando el individuo está perdiendo peso.
  • Visión distorsionada del peso, tamaño o forma de su propio cuerpo; se ve demasiado gordo, incluso cuando su peso está por debajo de lo normal; dice sentirse obeso, incluso cuando está muy delgado.
  • Se niega a mantener un peso corporal mínimo normal.
  • En las mujeres, ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos sin existir otra causa.
  • Excesiva actividad física para estimular la pérdida de peso.
  • Negación de las sensaciones de hambre.
  • Preocupación con la preparación de los alimentos.
  • Costumbres alimenticias extrañas.

Además la anorexia también implica la existencia de una serie de síntomas fisicos, como son:
  • Piel seca
  • Deshidratación
  • Dolores abdominales
  • Mareos
  • Fatiga
  • Intolerancia al frío
  • Desarrollo de lanugo
  • Piel amarillenta


¿Cuáles son los síntomas de la bulimia?
  • Presencia de frecuentes episodios en los que la persona ingiere grandes cantidades de comida de forma muy rápida y generalmente a escondidas (atracones). La persona no controla esta conducta.
  • Sentimientos intensos de culpa y ansiedad después del atracón.
  • Provocación del vómito, abuso de purgantes o restricción alimenticia (generalmente menos intensa que en la anorexia restrictiva) con el objetivo de mitigar los efectos del atracón.
  • Gran preocupación por el peso y la silueta.

 Es necesario hacer una correcta evaluación y encontrar las causas que pueden desencadenar los trastornos de alimentación, ya que son distintas en cada persona y en ocasiones es necesario descartar que exista un trastorno de personalidad, donde el trastorno de alimentación es simplemente un rasgo más.