martes, 23 de agosto de 2016

Celos infantiles



Hacer partícipe al hermano mayor en las atenciones del pequeño favorece la relación entre los hermanos

 "Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Missouri ha determinado que los celos entre hermanos no sólo tiene efectos negativos en los progenitores, sino que a la larga los niños podrían presentar problemas de ansiedad, depresión o baja autoestima."

http://www.diariodeleon.es/noticias/revista/peleas-hermanos_778916.html

Los celos son sentimientos negativos, que tienen como base una inseguridad o miedo. Cuando se produce el nacimiento de un hermano, el niño/a mayor que hasta ahora era el centro de toda atención, siente miedo a ser desplazado, al observar que el hermano pequeño recibe atención y cuidado en mayor frecuencia e intensidad.

A pesar de que los celos son sentimientos negativos, todos los hemos experimentado alguna vez, incluso de adultos. Los celos infantiles, por tanto, se consideran un problema cuando son excesivos, interfieren en la vida del niño y de sus progenitores o cuando se producen cambios de comportamiento en los niños. Cuando los niños son pequeños y nace un hermano/a, lo más habitual es que se produzca una regresión en el comportamiento ( que se vuelva a hacer pis en la cama, que vuelvan a demandar el uso del biberón para comer, que dejen de comer por sí solos, que quieran volver a dormir con un adulto etc). Cuando los niños son mayores suele aparecer un aumento de las rabietas, un comportamiento oposicionista, aumento de conductas agresivas, etc.

Para evitar que ningún niño/a se sienta desplazado/a ante la llegada de un hermano/a es conveniente:
  • Hacer partícipe al niño/a mayor de las atenciones que ofrecemos al hermano pequeño y tener en cuenta siempre su participación
  • Volver al pasado y recordarle que cuando él era pequeño/a también le prestábamos esa atención.
  • Seguir dedicándole atención y tiempo a solas, no sólo para los deberes sino también como tiempo de ocio.
  • Utilizar refuerzos verbales: qué orgulloso/a estoy de ti, eres un campeón/a...
  • Comunicar a familiares y conocidos que deben centrarse en ambos niños y no sólo en el más pequeño.
  • Evitar comparaciones entre hermanos
  • Anticipar al niño que va a tener un hermanito/a y darle la seguridad de que nuestra atención hacia él/ella no va a cambiar
  • Encontrar con el niño/a situaciones que puedan resultar agradables, haciendo partícipe a los dos niños/as.
  • Servirle de apoyo para sus preocupaciones acerca del nacimiento del nuevo hermano
  • Si existen conflictos entre los dos hermanos, el papel de los padres es el de la mediación.

Lo más importante es no reprochar nunca al niño/a los celos que pueda sentir, ya que no los puede controlar. De lo contrario,  se sentirá culpable. Saber escuchar al niño/a y darle la seguridad ante los miedos que pueden aparecer le ayudarán a sentirse mucho mejor.



Psicologos Oviedo. Psicología Infantil. Celos infantiles

viernes, 12 de agosto de 2016

Autolesiones y el peligro de la red para los adolescentes




Las autolesiones permiten camuflar el dolor emocional de las personas que las llevan a cabo.


 Las autolesiones son conductas que lleva a las personas a hacerse daño a sí mismas cuando normalmente existe un problema emocional de base que no son capaces de gestionar. Muchas veces, la persona que se aulesiona lo hace con el fin de castigarse, bien porque se siente culpable de una situación determinada, o bien porque no se siente bien consigo misma. Las autolesiones muchas veces están asociadas a una baja autoestima.

La existencia de un malestar emocional, de ansiedad, depresión, pensamientos negativos o rumiaciones pueden llevar a la persona a autolesionarse con el fin de "bloquear" estos pensamientos y emociones, anteponiendo el dolor físico al dolor emocional.

Otra de las funciones que puede tener la autolesión para la persona que la lleva a cabo es la recuperación del control sobre una situación en la que la persona considera haberlo perdido. Ocurre por ejemplo en el caso de la anorexia. La persona se siente mal consigo misma porque las cosas no salieron como deseaba y con la autolesión consigue tener la percepción de tener al menos el control de su cuerpo, camuflando así el malestar emocional que le causa la sensación de no tener la situación que deseaba bajo control.

Si la persona experimenta sentimientos de vacío crónico (ej: en depresiones o trastornos de personalidad), puede recurrir a la autolesión para "sentirse viva" y experimentar una emoción que no consigue tener ni por sí misma ni de otra manera.

Desde un primer momento es necesario tener en cuenta las autolesiones, porque pueden poner en peligro la vida de las personas. Las mujeres suelen utilizar principalmente los cortes como conductas autolesivas, mientras que los hombres recurren más a las quemaduras.

La Fundación Anar, dedicada a la ayuda de niños y adolescentes en riesgo, manifiesta que " se ha triplicado el número de autolesiones en jóvenes" e insiste en el peligro de internet y redes sociales en estas conductas, al igual que en los casos de bulimia y anorexia.

El apoyo familiar constituye un elemento clave en los casos de prevención de autolesiones, ya que si no se les da la importancia que realmente tienen o se pasa por alto, pueden agravar la situación.

Una de las últimas aportaciones de la red (Internet y redes sociales) en cuanto a conductas autolesivas se refiere para adolescentes es el self trolling.  Se trata de una práctica en la que los adolescentes utilizan la red, aprovechando su anonimato, para agredirse a sí mismos de forma constante a través de mensajes denigrantes. "No existen muchas investigaciones sobre este fenómeno a día de hoy debido a su carácter novedoso, sin embargo los datos aportados por el Centro de Disminicoón de la Agresión de Massachusetts (MARC), concluyen que un 9% de los adolescentes encuestados admitió haber llevado a cabo esta práctica al menos una vez en su vida."

La prevención, el control y la regulación de estas prácticas son necesarias. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.




Psicólogos Oviedo. Psicología de Adolescentes.











viernes, 5 de agosto de 2016

Depresión en adolescentes






La depresión afecta en la actualidad a 5 de cada 100 adolescentes en España.


"La depresión es un problema que también afecta a los adolescentes, de hecho, en la actualidad 5 de cada 100 adolescentes sufre depresión.

La adolescencia es una etapa de cambios y de revolución hormonal en la que los altibajos anímicos se consideran normales. Por este motivo para un familiar de un chico/a que sufra depresión puede resultar complicado detectar que existe un problema más allá de los síntomas normales propios de la adolescencia. Si los síntomas se dan de manera aislada o si no se prolongan en el tiempo, podemos hablar de normalidad. En caso contrario, podría estar existiendo un trastorno depresivo. Normalmente el chico o chica que tiene depresión presenta una bajada incomprensible del rendimiento académico, además de alteraciones en el patrón del sueño y la comida."

¿Cuáles son los síntomas que debemos tener en cuenta cuando hablamos de una depresión en la adolescencia?

  • Tristeza recurrente, con llanto frecuente o lamentos sin que exista una causa concreta
  • Pérdida repentina de interés por las cosas y  actividades que antes le gustaban 
  • Disminución notable del rendimiento académico
  • Agresividad o tiranía, que se relaciona al consumo de sustancias y/o a la existencia de angustia y ansiedad.
  • Cambios en el patrón del sueño: dormir excesivamente o que por el contrario aparecan dificultades para dormir o insomnio. En este sentido se debe descartar también el abuso de sustancias, con el que también guardan relación los problemas de sueño.
  • Cambios en el apetito y la comida: comer por exceso o por defecto.
  • Aparición de nuevos miedos, en muchos casos irracionales, relacionados con la ansiedad y el bajo ánimo.
  • Rechazo de relaciones sociales y de aquellas situaciones que impliquen rodearse de iguales, ej: ir al instituto. En algunos casos también rechazan las actividades de ocio.
  • Aislamiento familiar
  • Baja autoestima
  • Aparición de conductas autolesivas: cortes, quemaduras, vómitos etc
  • Apatía y desmotivación, sensación de que nada le llena o falta de ilusión al hacer las actividades que realiza.
  • Pueden aparecer síntomas físicos ligados a la ansiedad: dolores de cabeza, dolor de estómago, mareos y vómitos, pérdida de visión...


Al igual que los adultos, los adolescentes también pueden sufrir depresión, siendo conveniente buscar ayuda profesional ante la mínima sospecha, ya que si no se trata a tiempo el problema podría agravarse y cronificarse a la vida adulta.  El apoyo familiar y social es necesario. Como familiares debemos tratar de  aumentar el vínculo emocional con el adolescente, preocuparnos por su vida, sus experiencias y su día a día, sin juzgar ninguna de ellas ni quitarles importancia, servirles de apoyo siempre y cuando nos necesiten así como atender a los cambios de comportamiento y emocionales que puedan existir, por si el problema emocional al que nos referimos se agravase.


Psicólogos Oviedo. Depresión adolescentes.