viernes, 17 de marzo de 2017

Apoyo social como factor preventivo de las alteraciones del ánimo







La red de apoyo social ayuda a prevenir las alteraciones emocionales




Las investigaciones confirman que las personas que tienen una red social y familiar de apoyo ante determinadas situaciones tienden a ser más felices.
Es importante aclarar que muchas veces las personas sienten que no tienen ese apoyo, aunque en realidad sí que lo tienen. Esa sensación que tiene la persona de no tener una red (familiar y/o social) en la que apoyarse es la que realmente se debe evaluar, puesto que si una persona considera no tener ese apoyo, es posible que tenga un estado de ánimo depresivo.

En 2015, los datos de las investigaciones llevadas a cabo concluyen que:

- el 79% dice tener a alguien en quien apoyarse en caso de necesidad.

- En España sólo poco más del 4% de la población , no cuenta con nadie o no siente que tiene un red de apoyo.

Si nos centramos en la relación que pueda existir entre la red social y la depresión se conoce que " el apoyo social es muy importante en la evolución de la misma. Las personas que se sienten apoyadas tienen mejor pronóstico. La ausencia de la misma se relaciona con cronicidad en dicha patología".

La red de apoyo social además actúa como un factor preventivo en el desarrollo de la enfermedad.


La depresión se caracteriza por cambios bruscos de estado de ánimo en la persona , en el pensamiento y su comportamiento, que interfieren en el desempeño de la vida cotidiana de la persona.
Los síntomas más comunes en la depresión son:


  • Pérdida de interés por actividades, personas y cosas.
  • Disminución de la motivación
  • Tristeza, apatía y cansancio
  • Sentimiento de culpa
  • Pérdida de apetito
  • Percepción negativa sobre uno mismo y el entorno
  • Insomnio o hipersomnia
  • Sentimiento de soledad
  • Problemas de atención, memoria, concentración...






Psicólogos Oviedo. Depresión

martes, 7 de marzo de 2017

Inconvenientes del perfeccionismo




El perfeccionismo puede conducir a padecer crisis de ansiedad y alteraciones del ánimo.


El perfeccionismo es un rasgo de personalidad, que se asocia con la falta de seguridad y confianza en uno mismo, por lo que las personas perfeccionistas sienten niveles de ansiedad elevados, ya que se exigen tanto a sí mismos como a los demás.

Aunque alcanzar la perfección es la meta de muchas personas, buscarla incesantemente genera paradójicamente mayor imperfección, puesto que intensifica la ansiedad de las personas, lo que repercute en su bienestar físico y psicológico.

Como decíamos anteriormente, el perfeccionismo se relaciona con la falta de confianza y de seguridad en uno mismo. Son personas que se pasan el día realizando actividades cotidianas, queriendo llegar a un nivel de perfección en el que o creen que llegan a conseguir la meta tan elevada que se han propuesto o no terminarán nunca de realizar la actividad hasta llegar a la meta que quieren conseguir. Por ejemplo, ocurre a veces con estudiantes que aspiran a sacar un sobresaliente como nota mínima. Se pasan un mes preparando el examen durante varias horas al día, pero se acerca el día del examen y acaba decidiendo no presentarse, porque considera que no está lo suficientemente preparado. El propio hecho de que este alumno se exija como mínimo un sobresaliente ya dispara sus niveles de ansiedad . La evitación siempre será una estrategia a la que decidan agarrarse para aliviarse de la ansiedad que a corto plazo le genera enfrentarse a dicha situación. A medio y largo plazo, seguirán utilizando esa evitación como estrategia principal cada vez que sientan la ansiedad asociada al miedo al fracaso y a no llegar al nivel que me había propuesto. Al final acaban sintiendo que pierden el tiempo y acaban desarrollando un sentimiento de inutilidad ya que la meta propuesta es para ellos el objetivo principal de su vida en ese momento, y sin embargo, acaban por no presentarse al examen (evitación). En definitiva, la ansiedad a la que se enfrentan estas personas en situaciones sin saber cómo gestionarla, hacen que al final utilicen la evitación como estrategia principal. El miedo al fracaso se esconde en el fondo de estas personas, y la anticipación de que puede y va a fracasar, les genera unos niveles altísimos de ansiedad.

Un estudio realizado por la Universidad de Bock, encargado de relacionar el perfeccionismo y la salud física concluyó que:

"las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal y a tener síntomas de ansiedad, falta de sueño, dolor y fatiga".

El hecho se ser perfeccionista no está considerado actualmente como una patología, sin embargo , si no se sabe gestionar, sí se considera un factor de riesgo para el desarrollo de otras, como el trastorno obsesivo compulsivo. Además, los niveles de exigencia que se impone la persona perfeccionista conduce a desencadenar crisis de ansiedad y estados de ánimo depresivos.

Académica y laboralmente las personas perfeccionistas son lentas en ejecución de la tarea. Repasan en muchas ocasiones sus trabajos. Muchas veces el sobre esfuerzo que les supone enfrentarse a ellos acaba por generarles sufrimiento y se acaban desmotivando, sobre todo cuando se comparan con el resto de compañeros y perciben que ellos consiguen igualmente buenos resultados, pero con la mitad de esfuerzo y tiempo invertido.

Socialmente son personas muy exigentes consigo mismas y con las otras personas. Son personas auto críticas y manifiestan muchas veces rigidez en la forma de entender la vida. Estas características suponen muchas veces un handicap para tener relaciones sociales exitosas. Si además ellas perciben que no son tan exitosas como deberían o que no son aceptados al nivel que esperan, se acaban frustrando. Muchas veces porque se sienten "diferentes" y otras muchas porque con tal de complacer y de ser aceptadas, acaban olvidando quiénes son realmente para convertirse en lo que el resto espera de ellos. La frustración vuelve a estar presente.

En definitiva, el perfeccionismo es un rasgo de personalidad que puede ser positivo siempre que seamos capaces de gestionarlo correctamente desde el punto de vista emocional. En caso contrario, encontramos los inconvenientes anteriormente mencionados y en cuyo caso nos centraríamos en:

Disminuir los niveles de ansiedad mediante técnicas de relajación para que la persona sea capaz de gestionar dicha emoción.

Llegar a aceptarnos tal y como somos, sin la necesidad de ser perfecto. Potenciar nuestra autoestima.

Reestructuración cognitiva ( rigidez de ideas, búsqueda incesante del perfeccionismo, aceptar que existe el derecho de cometer errores y equivocarse).

Trabajar la parte emocional vs la irracionalidad.



La ansiedad se asocia a síntomas como: inquietud, fatiga, dificultad de concentración, irritabilidad, tensión muscular o alteración del sueño.







Psicólogos Oviedo. Trastornos de ansiedad





lunes, 6 de marzo de 2017

Ejemplo de un caso de acoso escolar


Nerea tiene 13 años. De un tiempo a esta parte sus padres empiezan a observar un comportamiento "raro " en ella, que atribuyen al inicio de la adolescencia. Cuando llega a casa, apenas habla con sus padres (un comportamiento que hasta ahora venía manteniendo), se mete en su habitación y de ahí no sale en toda la tarde. Además, parece que sólo le apetece estar tumbada en la cama sin hacer nada. Dice que se encuentra muy cansada físicamente y sólo le apetece dormir. Por consiguiente, su rendimiento académico también ha bajado considerablemente. No le apetece hacer los deberes ni estudiar y parece mostrar rabia hacia todos los elementos relacionados con el colegio. Las horas de las comidas también son distintas. Nunca ha tenido ningún problema con la comida, pero parece que últimamente puede pasar sin comer tranquilamente. Dice no tener sensación de hambre en ninguno de los momentos del día. Todas las mañanas antes de ir a clase, vomita. Al principio sus padres consideraban que podría relacionarse con tener algún examen a la vista, pero con el tiempo fueron viendo cómo aparecían distintas somatizaciones (nauseas, mareos, vómitos) sin la necesidad de que hubiese o no un examen.

Las noches resultan ser el peor momento del día. Nerea se encuentra muy nerviosa pensando en que cada vez faltan menos horas para tener que volver a clase. Esta ansiedad interfiere en su descanso, de manera que, a veces, no consigue dormirse hasta las tres o cuatro de la mañana.

Los padres de Nerea , muy preocupados por los cambios en el comportamiento de Nerea, deciden hablar con ella y le preguntan directamente si le está pasando algo y le piden que se lo cuente. Ante esta situación, Nerea se levanta de la silla rápidamente y da un portazo para encerrarse de nuevo en su habitación. Mediante gritos y desde dentro de su habitación , pide a sus padres que la dejen en paz y que no vuelvan a meterse en sus problemas, que no va a contarles nada.
Destacar también que este tipo de reacciones son habituales últimamente en Nerea.

Los fines de semana la encuentran más tranquila y relajada, pero no quiere salir de casa. Prefiere pasar todo el fin de semana en casa y si se toca algún tema relacionado con que le está sucediendo algo, se encierra rápidamente en su habitación.

Sus padres ante esta situación deciden ir al colegio para preguntar si observan algún problema y les exponen los comportamientos que está teniendo Nerea en casa.

Una noche mientras cenaban, Nerea recibe un whatsapp en su teléfono. Rápidamente cambia su cara y decide que no va a cenar más y se va a su habitación. Cuando sus padres entran la encuentran tumbada en la cama, llorando. Nerea no soporta más la situación y les cuenta a sus padres que lleva viviendo desde principios de curso insultos diarios por parte de sus compañeros, aislamiento y rechazo. Recibe alguna amenaza en caso de contar algo de lo que está pasando.

En el caso anterior se refleja un caso claro de acoso escolar del que se derivan principalmente consecuencias psicológicas.

Ante un caso de este tipo es conveniente que el tratamiento se oriente en tres direcciones:


  • Desde el centro escolar, de manera que se tomen medidas y se pongan soluciones para que la niña se encuentra en un entorno de confianza, seguridad y protección.
  • Con la víctima
  • Con el agresor


En el caso de la víctima es importante destacar que suelen aparecer asociadas a estas situaciones, trastornos de ansiedad, en algunas ocasiones trastornos del ánimo, aumento de inseguridad y baja autoestima.