lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Es bueno evitar? ¿Por qué lo hacemos?

La evitación puede llegar a convertirse en un hábito. Hablamos de un círculo vicioso,

En muchas ocasiones, la solución que utilizamos para resolver un problema acaba convirtiéndose en la causa principal del mismo. Es lo que ocurre con la evitación. Aparentemente cuando evitamos enfrentarnos a una situación, un problema o a un miedo, sentimos alivio.¿ Pero este alivio es duradero? Podemos verlo con un ejemplo.

Imaginemos que una persona que tiene miedo a viajar en avión decide siempre hacer todos sus viajes en cualquier otro medio de transporte. Un día por motivos de trabajo a esta persona tiene que coger un avión, algo que siempre había evitado. ¿Cómo creemos que va a reaccionar esta persona? Lo más probable es que busque cualquier alternativa e incluso alguna excusa para intentar no enfrentarse a la situación, a pesar de que pueda tener consecuencias negativas en el trabajo.

¿Por qué ocurre ésto? Si cada vez que esta persona tenía que viajar encontraba cualquier forma de hacerlo sin tener que cogerlo, sentía alivio e incluso podría llegar a disfrutar del viaje sin ningún problema. Como vemos a largo plazo los beneficios no existen, el malestar aparece e incluso con mayor intensidad. Hablamos de un círculo vicioso, que puede dar lugar a la aparición de fobia específicas: al agua, al avión, a los perros, a la sangre...

En el ámbito social la evitación puede generar también conflictos. Hablamos de personas que nunca dicen lo que piensan o lo que sienten por evitar generar un conflicto o por miedo a hacer daño a otra persona. Tiene consecuencias negativas, porque los demás pueden llegar a aprovecharse e incluso a abusar de estas personas, "total nunca se quejan"... La persona que vive esta situación puede llegar a actuar de dos formas. O bien, seguir callando y aumentando los niveles de ansiedad, o bien, responder de una manera agresiva, perdiendo incluso la razón. Como vemos en el ámbito social la evitación tiene también más consecuencias negativas que positivas.

En casos extremos, si la evitación llega a formar parte de la conducta habitual de las personas podemos hablar de un trastorno de personalidad evitativo. Estas personas se caracterizan por una pasividad extrema, por una inactividad ante cualquier cosa que le puede producir cierto nivel de malestar. Y como cualquier situación puede producir malestar, la persona aprende a evitar para aliviarse. Las situaciones a las que la persona se enfrenta se van limitando más cada vez y por ello el problema se cronifica. Así el malestar es cada vez mayor y lo único que puede hacer, que sabe hacer, es volver a evitar y así una y otra vez hasta llegar al círculo vicioso que mencionábamos en un principio.

Como vemos evitar situaciones no siempre es bueno.

sábado, 13 de diciembre de 2014

¿ Se debe comunicar a un niño la muerte de un ser querido?

Dar apoyo emocional a los pequeños es fundamental en el duelo
La muerte es un tema delicado de asimilar incluso en la edad adulta. Quizás por eso nos cueste más comunicar la muerte de un ser querido a los niños, de forma que cuando lo hacemos intentamos "maquillar" la realidad e inventamos frases para sobreprotegerlo del dolor que pueda sentir, porque nosotros sabemos lo mal que se pasa y por nada del mundo queremos que los pequeños sufran. Los sobreprotegemos. Pero...


¿ Es bueno hacer esto?

Tenemos que saber que son los niños son los que en primera instancia, tengan la edad que tengan, se dan cuenta de que de repente falta un ser querido. Si le intentamos explicar que esa persona no está porque " se ha ido de viaje o se ha ido al cielo, pero nos está viendo", el niño/a sigue manteniendo la ilusión o la esperanza de que en algún momento la persona fallecida va a volver, por lo que puede que en unos días vuelva a preguntarnos por ella o no llegue a asimilar del todo lo que ha pasado. El sufrimiento se alarga tanto para nosotros como para ellos.

Lo mejor en estos casos es comunicar la muerte de la manera más natural posible, siempre adecuada a la edad del niño. Se puede aprovechar cualquier tema que se esté dando en el colegio si hubo una enfermedad, que le permita al niño entender la situación y sobre todo dejarle claro que esa persona ya no va a volver más. Para poder explicar la idea de muerte es importante aprovechar la situación para recalcar que es algo universal, que no importa la edad y que puede pasarle a cualquier persona en cualquier momento. Tan fundamental como esto es garantizarle al niño todo tipo de mensajes de apoyo y sobre todo hacerle saber que pase lo que pase, no va a quedar sólo. Como comentábamos antes el niño debe saber que la persona fallecida no va a volver, por lo que se deben evitar explicaciones tipo "se ha ido de viaje", porque el niño se da cuenta de que la persona ya no está. Se deben evitar explicaciones basándose en que la muerte suele ocurrir en lugares concretos, ya que el niño puede generar miedo y después no va a querer ir a esos lugares o que las personas cercanas vayan por si les pasa algo. Explicarles por qué ha ocurrido también ayudará a los niños a aceptar mejor la situación.

Para un tema delicado como es la muerte, los adultos debemos dar total confianza y seguridad al niño, escucharle siempre, responder sus dudas y sobre todo comunicarnos con ellos y entender sus emociones. Somos figuras fundamentales en las reacciones emocionales que experimentan según la etapa de duelo por la que estén pasando. Las etapas en el duelo infantil son similares a las que pasamos los adultos, sin embargo, en el caso de los niños la complicación viene de la mano de un falta de comprensión de lo que ha pasado o de por qué ha suceido y de si sabe o no  comunicar lo que siente y si debe o no hacerlo. A continuación os ponemos un enlace donde se recogen las diferentes etapas por las que pasa una persona en situaciones de duelo.

Tan importante como saber dar al niño una explicación correcta de lo ocurrido es ayudarle a expresar sus emociones. Para ello es conveniente que nosotros no reprimamos ninguna de las nuestras ni nos escondamos para llorar o gritar para que no nos vean. En la etapa infantil somos los adultos los modelos de comportamiento de los niños. Si ven que nosotros reprimimos, ellos reprimirán. Si ven que nosotros nos escondemos para llorar, ellos lo harán. Debemos expresar nuestras emociones y ellos también lo harán, garantizándoles siempre el máximo apoyo, respaldo, resolviendo dudas, escuchando sus miedos, no alterar sus rutinas, y entender las reacciones emocionales que el pequeño manifieste.

De esta manera contribuiremos a que el niño pase antes el proceso de duelo, entendiendo el duelo como una nueva adaptación (externa e interna) a la vida sin tener a su lado a la persona fallecida.


“Ponerle palabras a este suceso no resulta nada fácil y menos aún si se trata de comunicárselo a los más pequeños. Sin embargo, la muerte es un hecho ineludible de la vida, es decir, todos los seres humanos vamos a tener que enfrentarnos a ella, por ello es importante poder disponer de recursos que nos ayuden a afrontar esta realidad de la mejor forma posible”.

Reducir la ansiedad y mejorar el ánimo con ayuda del deporte

El running ayuda a mejorar las relaciones sociales.

 En muchas ocasiones la ansiedad, la depresión y el bajo ánimo están relacionados. Detrás de cada una de estas patologías en cada persona se esconde un origen diferente. Pero normalmente todas ellas manifiestan en estos casos sintomatología física y conductual común

 Citaremos algunos de estos síntomas:
  • Dolores musculares
  • Tensión muscular
  • Dolor de cabeza
  • Taquicardias
  • Apatía y abandono de actividades
  • Tristeza
  • Conductas evitativas
  • Baja autoestima
  • Aislamiento social
  • Pérdida o aumento de apetito
  • Problemas de sueño 
En estos casos, la terapia es fundamental. Además de combinar las técnicas de relajación pertinentes para bajar los niveles de ansiedad, la Activación Conductual es una técnica de gran eficacia para los casos de depresión. Esta técnica consiste en llegar a "activar" a la persona, que había dejado de lado muchas de sus actividades, mediante aprendizaje y refuerzo para que realice las actividades que le resulten agradables, vuelva a experimentar placer al realizarlas y vuelva a tener el control sobre su vida. Para todas aquellas personas para las que el ejercicio o la actividad física sea agradable, introducir una actividad deportiva puede tener efectos físicos y psicológicos importantes. El running es una de las actividades que más efectos positivos  físicos y psicológicos aporta.

Aunque nos vamos a centrar en el running y en los beneficios físicos y psicológicos que aporta, cada persona debe elegir una actividad física, la que más le guste y le motive para poder llevarla a cabo y no abandonar al poco de empezarla. Esto es  fundamental para tener la constancia necesaria en la práctica deportiva.

¿Qué beneficios nos aporta el running?

Como cualquier otro deporte, cada vez que lo practicamos, nuestro cerebro libera endorfinas, que actúan reduciendo dolor y aumentando la sensación de placer, tanto en la realización de la actividad como posteriormente. Es este beneficio psicológico el que hace que los síntomas físicos que comentábamos al principio en la ansiedad y la depresión tiendan a disminuir si se hace una práctica regular.

Pero existen otra serie de beneficios:
  • La persona empieza a generar sobre sí misma y a marcarse expectativas realistas, que al ir cumpliendo poco a poco aumentarán su autoeficacia.
  • Si la persona empieza a ponerse metas y las cumple, aumenta su autoconfianza
  • Permite gestionar mejor las emociones, llegando a controlarlas: ansiedad, ira, miedos...
  • Mejora de la autoestima y de la imagen física
  • Aumento de la socialización, ya que cada vez está más de moda, pudiendo realizarse en grupo, parejas o individualmente.
  • Sensación de control externo e interno
  • La persona empezará a atribuir los éxitos a sí misma ( en la depresión normalmente las personas atribuyen los éxitos a lo externo, a la suerte, al destino... y el fracaso a ellas mismas).
  • Aumento de la motivación, porque el ir consiguiendo metas, hace que la persona se vaya proponiendo otra distinta y nueva. El conseguirlo genera gran satisfacción.
  • Mejora del funcionamiento intelectual, de la atención, memoria y concentración que podrían haber disminuído con la ansiedad y la depresión.
  • La persona se dedica tiempo a sí misma y lo disfruta.

Como vemos existen numerosos beneficios físicos y psicológicos en la practica deportiva, que combinando con terapia, nos ayude a ver las cosas de otra manera y a sentirnos mejor con nosotros mismos.


A continuación os presentamos el enlace sobre un artículo publicado en la revista Runners, en el que se recogen los beneficios anteriormente comentados.




Las Navidades: emociones, conflictos individuales y familiares

Nos referimos a una época en la que prima la presión social. Desde hace ya dos meses, encontramos todo tipo de adornos en centros comerciales, propuestas de regalos, dulces y turrones en los supermercados... parece que cada vez las Navidades se adelantan un poco más. Esta presión social hace que las personas pasemos a interiorizar antes que en poco tiempo llegan de nuevo las fiestas, que hay que empezar a tomar decisiones: dónde cenar, dónde comer, si nos desplazamos o no... ; pasamos a hacer una lista de regalos siempre con la ilusión de agradar y complacer a los demás, en un momento en el que quizás no deberíamos seguir añadiento gastos, pero ¿Qué van a pensar de nosotros si no les llevamos nada? ¿ Seré la única persona que no regale nada? ¿Y si ellos me regalan y yo no llevo nada? Entonces intento tranquilizarme pensando que será mejor que no vaya a cenar con ellos, pero ¿Cómo van a reaccionar si les digo que no voy por este motivo? Realmente vuelvo a quedar mal... ¡No sé que hacer!

Parece que al final esa presión que en un principio parecía social y por tanto externa, acaba siendo una presión interna. Finalmente, mi decisión será ir a la reunión familiar, con todos los regalos que creo que son necesarios para no quedar mal con la otra parte de la familia, pero pensando que no debería haber hecho ese gasto o que era mejor que me hubiese quedado en casa. Volvemos de nuevo a complacer a los demás, olvidándonos de nosotros mismos.

Por tanto, no es de extrañar que sea una época en la que aumenten los conflictos, tanto individuales como familiares. No debemos olvidar que los problemas familiares no se van a solucionar en estas fechas y tampoco podemos pretender que se resuelvan en este momento. Aceptar esta idea es fundamental para no sentirnos frustrados.

Ligado a los conflictos y la presión social, en esta época es normal que aumenten la ansiedad y el estrés: complacer a los demás, sobrecarga de trabajo familiar: compras y comidas, unidas al trabajo y rutina diaria, tener que tomar decisiones que no nos agraden del todo, poner expectativas muy altas en esta época sobre el comportamiento de los otros y sobre lo que esperamos y ellos esperan de nosotros también lo acentúan. No nos damos cuenta de que todo ello a la vez que aumenta nuestro estrés y nuestra ansiedad, aumenta nuestra frustración si las cosas no salen como esperamos o como creemos que los demás esperan.

La tristeza también es normal en esta época, los recuerdos se avivan si nos falta una persona. No debemos obligarnos a estar bien y felices por ser Navidad.  Intentar disfrutar del momento y de las personas sí, pero que no se convierta en obligación. Si nos obligamos probablemente se produzca el efecto contrario. Y el obligarnos a estar bien sin sentirlo puede aumentar la ansiedad.

En resumen:
  •  Es necesario ver esta época de una manera más positiva, sin obligarnos a estar bien.
  •  Nosotros mismos debemos saber decir "no" si algo no lo queremos y sentimos angustia o frustración al hacerlo.
  • No debemos esperar más de esta época que en cualquier otro momento. Vivirlo como una etapa o época más sin poner muy altas las expectativas de satisfacer a los demás y ser nosotros satisfechos.
  •  Es importante aceptar a la familia y tener claro que las diferencias no se van a resolver en estas fechas, porque aumenta la convivencia y con ello las tensiones. 
  • Seguir con nuestra rutina es fundamental, al igual que seguir sintiendo nuestras emociones. No obligarnos a divertirnos, pero al menos, intentarlo y disfrutar del momento.

No olvidarnos de nuestros mayores también es primordial, ya que en muchas ocasiones son ellos los que más motivos tienen para encontrarse mal, para vivir más recuerdos y sentir más emociones, siendo común la soledad. Podemos evitarlo.


¡Os deseamos felices fiestas, sin obligarse a disfrutarlas, sólo disfrútenlas!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El pánico escénico




Persona que ante entrevista de trabajo experimenta gran ansiedad
Hoy vamos a hablar del pánico escénico. Se trata de un problema de ansiedad social extrema en el que aparece el miedo a hablar y/o actuar en público, junto a sensación de pérdida de control. Como encualquier trastorno de ansiedad, la persona experimenta problemas en tres niveles de respuesta: cognitiva (pensamientos), fisiológica ( síntomas físicos) y conductual ( lo que hace o deja de hacer  la persona cuando se siente nerviosa). En el caso del pánico o miedo escénico nos encontramos que:

  • la persona a nivel cognitivo puede pensar que va a hacer el ridiculo, que la van a humillar, que los demás se dan cuenta de que está muy nerviosa, que no lo va a conseguir, que lo va a pasar muy mal, que se va a equivocar, etc
  • la persona a nivel fisiológico va a experimentar una serie de síntomas relacionados con la ansiedad: taquicardia, problemas para respirar, sudoración y aumento de temperatura, dificultad para tragar, desmayos, hipervigilancia, dolores de cabeza y musculares, sensación de nudo en el estómago, nauseas, etc.
  • la persona a nivel conductual normalmente se queda paralizada, bloqueada, pudiendo incluso escapar o evitar la situación que le produce este malestar.

 Como vemos los tres niveles de respuesta a los que se enfrenta la persona (cognitivo, fisiológico y conductual) están relacionados entre sí. Los pensamientos activan nuestro sistema nervioso periférico, que se encarga de la parte fisiológica y este a su vez vuelve a activar un nuevo pensamiento. Si no se controlamos esta relación entramos en un círculo, que interfiere en nuestra conducta, nos paraliza, nos bloquea.

A pesar de que la persona que lo padece cree que los demás lo vamos a notar, es cierto que no tiene por qué notarse. Es más, la persona puede llevar años sufriéndolo sin que nos hayamos dado cuenta. Ésto cronifica más el problema. Además, no sólo aparece en las relaciones sociales si no que puede aparecer a la hora de hablar en público, a la hora de hacer una entrevista de trabajo, de tener una cita etc.

Según algunos estudios se ha encontrado que en España en el último año un 0,60% de las personas han presentado este problema, lo que equivale al 1% de la población. Y como vemos en estos días en los medios de comunicación puede pasarle a personas que trabajan por y para el público, rodeados de gente, expuestos a cámaras y a los que nunca se les ha notado nada. Es más, soprende que algunos de ellos tengan que dejar su carrera de lado por ésto.

 ¿ Y cuándo empieza este problema? 

   Pues puede ser que haya factores influyentes desde la infancia, como ser un niño muy inhibido o retraído, que no quiera relacionarse con los demás o les cueste mucho y lo pase mal, que su personalidad en la adolescencia se siga manteniendo así a lo largo de la adolescencia, o bien, que una mala experiencia en un momento concreto haya afectado a la persona emocionalmente y desde entonces lo asocie con los pensamientos y síntomas que le ocurrieron en aquella situación concreta. En cualquier caso, puede llegar a afectar distintos ámbitos de la vida de las personas: social, laboral, de pareja... y a nivel individual con una pérdida de autoestima.

La búsqueda de ayuda en este caso es necesaria, porque si no se trabaja puede llegar a durar toda la vida, teniendo cada vez más consecuencias negativas en las personas que lo padecen.


A continuación os dejamos el enlace de una noticia publicada en el periódico 20 minutos sobre el pánico o miedo escénico, donde se muestra un ejemplo claro de una persona que lo padece y se vio obligada a dejar de lado su carrera para poner solución al problema.




lunes, 8 de diciembre de 2014

Adicción a las nuevas tecnologías

Los niños cada vez usan antes las nuevas tecnologías.
La adicción a las nuevas tecnologías, junto con la adicción al amor, suponen dos fenómenos importantes en  el siglo XXI. A pesar de que no exista una sustancia, la persona que la presenta puede llegar a experimentar los mismos síntomas que si de la adicción fuese a una sustancia.


Os presentamos un artículo publicado en La Nueva España, donde la psicóloga Amaya Terrón, explica los síntomas y signos más comunes de estas personas, tras un estudio realizado en Madrid.

"En los últimos años con la aparición de las redes sociales y los nuevos dispositivos móviles, así como la popularización de Internet, la forma de comunicarse ha cambiado, creando nuevas necesidades que, en muchos casos, rozan ya la adicción.

Cada vez más aparecen personas sufre fomo, tiene whatsappitis, se ve afectado por Nomofobia, phubbing o vibranxiety, o son están enganchados a las redes sociales.Son fenómenos de este siglo.
Si para los adultos estar enganchado a Internet es peligroso, esto adquiere mayor relevancia cuando hablamos de menores, ya que los límites aún no están establecidos, por lo que les cuesta más regular su conducta. En muchas ocasiones pueden llegar a sufrir ansiedad o irritabilidad e incluso problemas para dormir, debido a una sobreestimulación del sistema nervioso, entre otros.

A la larga, esta situación puede terminar provocando en el niño un aislamiento con sus coetáneos, así como un retraso en el desarrollo de sus habilidades sociales, "además se pueden crear malos hábitos a la hora de dormir", alerta. Para evitarlo, es fundamental el control de los padres, saber para qué utilizan estos medios y fijar unos horarios para su uso, ayudando a los niños y adolescentes a regular su conducta e impedir que interfiera en otros aspectos de su vida.

Las nuevas adicciones

En los últimos meses los profesionales han empezado a dar la voz de alarma, advirtiendo de la aparición de nuevas adicciones u obsesiones que no siempre afecta a personas con rasgos introvertidos. Asimismo, los diferentes 'enganches' con las nuevas tecnologías no siempre afectan exclusivamente al ámbito psicológico, las hay que también pueden provocar daños físicos.

Además, con el uso indebido de las apps se corre el riesgo de aislarse socialmente, "no es extraño caminar por la calle y darnos cuenta de cómo las personas se olvidan de lo que ocurre a su alrededor mientras están concentrados en sus teléfonos móviles”.

En lo referido a las nuevas tecnologías, ¿Qué es lo que más nos encontramos en consulta? Los pacientes suelen presentar:

1. FOMO o la obsesión por perderse algo

Una de los nuevos trastornos del que últimamente más están alertando los psicólogos es el FOMO (Fear of Missing Out) o la obsesión por perderse algo de lo que está sucediendo en la red. La personas que lo sufren siente miedo o temor a estar desconectado de su vida virtual, lo que le lleva a tener ansiedad y la idea recurrente de estar perdiéndose algo.
Entre los síntomas de alarma: sentirse desplazado o con ansiedad en caso de olvidarse el smartphone en casa; comprobar Facebook cada cierto tiempo; no pasar más de cinco minutos desde que se encuentra un aviso de actividad y se revisa; no poder salir de vacaciones sin asegurarse de que va a haber wifi en el lugar de destino; o pensar que no recibir "me gustas" es un síntoma de que algo no va bien con las amistades.

Asimismo, debe preocupar tener una vida social virtual más rica que en persona; pasar más horas navegando por redes sociales, buscando reforzadores y viendo los eventos externos que hablando con familiares y amigos; o mirar las alertas nada más levantarse y lo último antes de acostarse.

2. La 'whatsappitis' o ser adictos al Whatsapp

Otra de las nuevas adicciones tiene que ver con el Whatsapp, los médicos ya alertan de casos de personas con dolor en las falanges y muñecas (tendinitis) por un uso abusivo de esta app; dolencia que ya se ha bautizado con el nombre de 'whatsapitis'. Para evitarlo, los médicos aconsejan un uso responsable, una escritura más relajada y corregir la postura mientras escribimos.

"Sufrir ansiedad por olvidar el móvil en casa y no estar 'conectado', pasar varias horas conectado a whatsapp, evitar el contacto personal, referir siempre a whatsapp sea cual sea el contenido de la conversación y escuchar las alertas de whatsapp sin que se haya recibido ningún mensaje son claros signos de lo que recientemente se acuña con el término whatsapitis.

3. Nomofobia o ansiedad por la ausencia de movil


En este caso, el trastorno se refiere al cuadro clínico que se produce cuando una persona siente ansiedad o angustia ante la ausencia de teléfono móvil, es decir, al olvido, pérdida o sustracción de este. De la misma forma se produce nomofobia cuando nos sentimos excluidos del grupo en el caso de no estar conectados mediante nuestros dispositivos.

4. Phubbing o utilización enfermiza del smartphone

Cada vez es más común ver a personas sentadas en la misma mesa a comer y sólo hacer caso al móvil, aquí se podría decir que sufren Phubbing. Esta adicción se refiere a aquellas situaciones sociales donde el protagonista no son ni las reuniones ni la compañía humana, sino la utilización cuasi enfermiza de comunicarse mediante smartphones.

5. Vibranxiaety o vibración fantasma


"¿Alguna vez has ido corriendo a ver tu smartphone cuando has oído una alerta y resulta que no había nada? ¿Alguna vez has creído que el móvil vibraba, comprobando después que no lo hacía?", pregunta la experta para referirse a la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil. Estos son los efectos colaterales de una obsesión que nos conectan inmediatamente con la sensación de llamada.

6. Enganchados a las redes sociales


El uso de las redes sociales también puede traer consigo consecuencias nefastas si no se les da el uso adecuado, incluso pueden crear adicciones importantes. "Las redes sociales son una gran adición ya para muchas personas".

"Cuando utilizamos redes sociales de manera saludable no tendrían por qué crear aislamiento social si no lo hay previamente, de hecho, bien utilizadas fomentan el acercamiento a tus amigos e incluso creación de nuevos. Cuando el uso de las redes suple la faceta y el contacto social se pone de manifiesto un problema previo".

domingo, 7 de diciembre de 2014

La importancia de la comunicación en las relaciones de pareja

      
        La comunicación es un pilar importante en las relaciones de pareja, que puede determinar la calidad de las mismas.

       Cada vez existen más factores que contribuyen a que la comunicación entre las parejas sea  más reducida (la rutina, las prisas, el cansancio, las nuevas tecnologías...) y por ello también los conflictos sean mayores. Normalmente todos estos conflictos tienen como trasfondo una mala comunicación.


   Y... ¿Qué es la comunicación? 

      La comunicación es el intercambio de mensajes entre un emisor y un receptor. Pero no nos podemos quedar simplemente con esta definición. Cuando queremos comunicar algo a otra persona es necesario que ésta sepa comprendernos, que no sólo escuche lo que queremos decir para que nos quedemos a gusto, que tenga en cuenta nuestros sentimientos y sepa ponerse en nuestro lugar con el objetivo de buscar juntos una alternativa o una solución que permita un cambio. Ésto es la comunicación.

     Además es importante utilizar una comunicación no verbal ( gestos y posturas) acorde al mensaje que estamos transmitiendo. No podemos negar que algo nos ha sentado mal verbalmente, mientras estamos con los brazos cruzados y con el ceño fruncido, por ejemplo.

     Tampoco debemos olvidar que nuestra pareja no tiene por qué saber nuestros pensamientos, deseos o sentimientos, por lo que es fundamental aprender a comunicarlos en el momento en el que lo necesitamos o sentimos. Nuestra pareja no tiene por qué adivinar lo que queremos y si esperamos que actúe como queremos, sin haberle dicho lo que queremos, la bola se irá haciendo más grande, nos sentiremos más frustrados y el conflicto será mayor. De nuevo este conflicto servirá para echarnos en cara las cosas, como manera de desahogarnos, pero sin volver a encontrar una alternativa al problema.  A la larga uno o ambos miembros de la pareja deja de comunicar o de hablar para no volver a discutir. No es más que una evitación. Como cualquier evitación a corto plazo puede resultar eficaz porque así no hay discusión, pero a medio y largo plazo las consecuencias son peores, porque aparece la frustración y la insatisfacción personal que acaban  provocando una discusión todavía mayor. Afrontar el problema es siempre la mejor solución.

     Lo positivo de todo ésto es que la comunicación en la pareja se puede entrenar para conseguir que la relación mejore. Aprender a comunicar nuestros deseos y expresar nuestros sentimientos, el entrenamiento en la escucha activa y la implicación diaria de los dos miembros de la pareja, nos pueden ayudar a resolver muchos conflictos y tomar las decisiones más acertadas.




   "Recuerde que no basta con decir una cosa correcta en el lugar correcto, es mejor todavía pensar en no decir algo incorrecto en un momento tentador". (Benjamín Franklin).