jueves, 28 de mayo de 2015

El duelo

La tristeza es una emoción normal en el proceso de duelo


 El duelo es el proceso normal de adaptación a la vida tras la pérdida de una persona querida. Normalmente el duelo se relaciona con la muerte, pero no sólo en esta situación hablamos de duelo. Por ejemplo, al dejar una relación también pasamos por este proceso.

Existen emociones y reacciones emocionales normales en este proceso: tristeza, miedo, pena, angustia, ansiedad, culpa... Uno de los factores más influyentes es la actitud que la persona tome frente al duelo. Si omito, evito, obvio mi dolor, no voy a pasar por un duelo normal, porque sin atravesar el dolor, no se supera el duelo.

Cuando estas emociones se cronifican y la persona no es capaz de seguir adelante sin ese vínculo afectivo, durante un periodo de tiempo prolongado, hablamos de un duelo patológico o complicado.

En muchas ocasiones, el duelo complicado aparece encubierto bajo una serie de síntomas físicos (dolor de pecho, cansancio, opresión en el estómago, disminución del apetito, alteraciones de sueño etc), que son necesarios resolver en primer lugar, antes de pasar a la resolución del proceso de duelo.

Durante el duelo la persona atraviesa una serie de etapas, que pueden le pueden ayudar  a entender en qué momento se encuentra y cuáles son las emociones propias de cada etapa .  Éstas son:
  • Shock.
  • Negación.
  • Ira o cólera.
  • Culpa.
  • Gran tristeza o depresión.
  • Aceptación

Estas etapas no siguen un orden. Puede ser que una persona haya "superado" una etapa, pero en vez de pasar a la siguiente, vuelva a la anterior. Tampoco es necesario pasar por todas las etapas. Por este motivo es necesario ayudar a la persona a tomar un papel activo en este proceso, proponiendo una serie de tareas a las que tiene que enfrentarse:

  • Asumir la realidad de la pérdida: aceptar que la otra persona ya no va a volver. Tomar decisiones como: qué hacer con sus cosas etc.
  • Elaborar el dolor de la pérdida: intentar compensar los sentimientos positivos con los  negativos, recuerdos positivos con recuerdos negativos...
  • Aprender a vivir en el mundo sin la otra persona: adaptaciones externas ( asumir los roles que hasta ahora desempeñaba la otra persona), adaptaciones internas ( ya no soy la esposa de... soy su viuda o su ex pareja). 
  • Recolocación emocional de la otra persona: conceder a la persona que ya no forma parte de nuestra vida su lugar, sin negar sus recuerdos. Aprender a entablar nuevas relaciones, recuperar viejos hábitos y aficiones...


En resumen, el duelo es un proceso normal que sigue a la pérdida de un ser querido y que engloba una serie de reacciones a distintos niveles: cognitivo ( pensamientos, preocupaciones...), fisiológico (síntomas físicos), emocional y conductual (lo que hace la persona). La terapia iría orientada a ayudar a la persona  para que encuentre su bienestar actuando en todos los niveles.






lunes, 25 de mayo de 2015

Celos en relaciones de pareja

Los celos son un problema que afecta a las relaciones de pareja


Uno de los problemas que más afectan a las relaciones de pareja son los celos. Entre los adolescentes es habitual pensar que los celos demuestran que importamos a nuestra pareja. ¿Por qué ocurre ésto? Un estudio sobre violencia de género ha concluído que "el 73,3% de los adolescentes españoles han recibido alguna vez de un adulto el mensaje de que los celos son una expresión de amor".

Además, puede ocurrir que los celos "normales" sobrepasen el límite de la normalidad y lleguen a convertirse en patológicos. Los celos patológicos son recurrentes, obsesivos y normalmente infundados y se relacionan con la desconfianza y la necesidad de control.  Si a un adolescente le transmitimos el mensaje anterior y le enseñamos a actuar y comportarse de esta manera en las relaciones, éste acabará sobrepasando ese límite con mayor probabilidad.

¿Cuáles son los síntomas que puede presentar una persona que siente celos patológicos?
  • Imaginar constantemente que su pareja está con otra persona
  • Ser dependiente de la pareja por  necesidad de control y el miedo a estar solo
  • Analizar todos los comportamientos de la otra persona para confirmar/desmentir sus pensamientos
  • Sentir ansiedad si su pareja tiene algún evento social en el que no va a estar presente
  • Control excesivo hacia la pareja: llamadas, mensajes constantes...

Existen una serie de factores previos que pueden disparar estos celos. Entre ellos se encuentran:
  • Inseguridad personal
  • Baja autoestima
  • Miedo a estar sólo/a
  • Aprendizaje (que exista un problema similar en la relación de los progenitores)
  • Experiencias pasadas
Las consecuencias que se derivan de los celos patológicos son totalmente negativas, tanto para la persona que los está viviendo (conocedora de la irracionalidad de sus ideas obsesivas), como para la otra persona y la relación de pareja.

No debemos olvidar que transmitir que los celos son normales hace que los adolescentes aprendan a incluir el control en sus relaciones, siendo éste un antecedente a la violencia de género.
 

jueves, 21 de mayo de 2015

Incertidumbre y ansiedad


Aceptar la incertidumbre como forma de manejar la ansiedad

Cuando creemos que tenemos todo bajo control nuestras preocupaciones disminuyen y nos sentimos más seguros de nosotros mismos. Procuramos que todos nuestros planes y nuestras metas se cumplan y nos sentimos mal si los resultados no son los esperados.

Aunque en muchos momentos es bueno tener un plan alternativo, no debemos empeñarnos en seguirlo a rajatabla para conseguir nuestro objetivo. Debemos moldearlo si surgen imprevistos, ya que si luchamos contra ellos sentiremos mayor angustia y ansiedad, porque están fuera de nuestro control.

 Ante la incertidumbre podemos tomar diferentes actitudes: ir en contra de lo que ocurre, resignarnos, o bien,la aceptamos. Si elegimos la primera actitud, acabaremos agotados.  Por lo tanto,la mejor manera de vivir la incertidumbre es aceptarla. Así reconocemos lo que sentimos y reconocemos que no existen respuestas para nuestras interminables dudas y pensamientos . Aceptar nos enseña a vivir sin angustia lo que va o no va a suceder.

Cuando estamos preocupados anticipamos cosas que puedan pasar o pensamos cómo debemos actuar en una situación determinada. Tendemos a dar mil vueltas, aunque no dependa de nosotros mismos. ¿Y qué conseguimos? Lo que ocurre es que aumentamos el nivel de ansiedad. Alcanzados ciertos niveles,  las preocuapaciones y pensamientos anticipatorios ganan fuerza y resultan más difíciles de controlar. Y el resultado final es que  nos quedamos inmersos en ellos y no avanzamos. Perdemos el control sobre nosotros mismos, nos sentimos más tristes, más nerviosos, con el ánimo más bajo. Y si ya resulta difícil controlar los pensamientos y las emociones que están en uno mismo, ¿Cómo vamos a ser capaces de controlar la incertidumbre?

Intentar conseguir la espera activa sin sentir angustia, ansiedad o una emoción negativa es el objetivo que nos debemos proponer para evitar que la situación nos desborde. (Psicólogos Oviedo)


martes, 19 de mayo de 2015

Inseguridad y baja autoestima.

La inseguridad puede orientar a la persona al fracaso




Imaginemos que tenemos que enfrentarnos a una situación. Por ejemplo, una fiesta en la que sólo conocemos a dos personas y en la que hay muchos invitados a los que tienes que presentarte. ¿Cómo es esa situación para tí? ¿Cómo te sientes al tener que enfrentarte a ella?  ¿Miras para el resto de invitados y te comparas con ellos sintiéndote inferior?


Cuando una persona tiene problemas de inseguridad en una situación como la anterior se va a sentir totalmente incómoda, se va a comparar con el resto, sintiéndose inferior y va a estar pendiente del comportamiento que las otras personas van a tener hacia ella, sacando las cosas de contexto y haciendo hipótesis sobre la conducta de los demás. Por ejemplo: "me está mirando porque este vestido me queda muy mal".

Normalmente, una persona con inseguridad es una persona con baja autoestima, entendiendo la autoestima como  la valoración que uno hace de sí mismo en cuanto a sus capacidades, cualidades, aspecto, capacidades intelectuales, etc. Esta valoración es importante porque va a hacer que la persona se vea o no capaz de hacer cosas y de  enfrentarse a situaciones.

La inseguridad puede afectar a un área determinada de la vida de la persona (por ejemplo, en el trabajo, en situaciones sociales, a nivel de pareja...), sin tener por qué afectar a otras. Una persona puede desenvolverse muy bien en situaciones laborales y actuar de una manera totalmente segura, pero puede no verse bien al enfrentarse a una situación social. Cuando una persona duda de sí misma y de sus habilidades o valía para enfrentarse a una situación determinada, va a sentirse bien evitando enfrentarse a la situación, debido a  que disminuye la ansiedad que dicha situación le genera. Sin embargo, al no enfrentar la situación la ansiedad sigue presente. Por ello la inseguridad y la baja autoestima se mantienen a medio y largo plazo.


¿Por qué nos sentimos inseguros?
  • Baja autoestima
  • Autoimagen negativa de uno mismo
  • Exigencias excesivas en la infancia
  • Experiencias previas negativas
  • Tener una personalidad dependiente
  • Por la necesidad de ser aceptado por todo el mundo

En cada persona la inseguridad tiene una causa concreta. Son comunes las creencias irracionales sobre uno mismo, que aunque generan malestar, están tan arraigadas que no las consigue apartar de su cabeza. La persona puede aprender a deshacerse de estas creencias irracionales y adoptar otra visión más realista de sí misma, desde la Psicología Cognitivo Conductual.

lunes, 4 de mayo de 2015

Acoso escolar

El aislamiento social es considerado acoso escolar psicológico




 Con acoso escolar nos referimos a una situación en la que se están dando una serie de actuaciones hostiles hacia una persona. Estas actuaciones pueden ser físicas (palizas, arañazos) o psicológicas (aislar, humillar, ridiculizar, insultar, discriminar...). Pueden ser directas o a través de redes sociales, lo que se conoce como ciberbullying.


Cuando hablamos de malos tratos físicos y psicológicos a un niño (por parte de un adulto) sabemos que éste va a tener mayor probabilidad de sufrir ansiedad, depresión, miedo, peores resultados académicos y problemas de relaciones sociales en edades más avanzadas, principalmente en la adolescencia.

Un  estudio realizado concluye que los niños y las niñas que sufren algún tipo de acoso escolar en la infancia, sea del tipo que sea, tienen mayor probabilidad de sufrir algún tipo de patología en la adolescencia, principalmente ansiedad y seguido de depresión, que si las agresiones vienen por parte de un adulto.

Es necesario estar pendientes de lo que pueden estar viviendo nuestros hijos y sobre todo no dejarlo pasar ante cualquier mínima sospecha, ya que en la mayor parte de casos, no cuentan a nadie la situación por la que están pasando.

Los cursos en los que hay mayor probabilidad de sufrir acoso escolar son los últimos cursos de Primaria y los primeros cursos de Educación Secundaria. Quizás por este motivo podríamos apoyar la conclusión que se deriva de la investigación, ya que en estas etapas escolares se está contruyendo la dimesión social y las figuras de apego pasan a ser los iguales, por lo que las huellas emocionales también podrían ser mayores.