martes, 31 de octubre de 2017

Baja autoestima, inseguridad, ansiedad


La baja autoestima está presente en trastornos de ansiedad y trastornos del ánimo.



La autoestima es la valoración que la persona hace en cuanto a sus capacidades, cualidades, aspecto, capacidades intelectuales etc. Esta valoración es importante porque de ella depende lo que la persona se vea capaz de hacer y/o conseguir las cosas que se va proponiendo. La autoestima va cambiando en función de nuestra experiencia y se puede mejorar.

En la mayor parte de las ocasiones, una valoración negativa de uno mismo es la causa o el inicio de otras patologías que suelen ir asociada a una baja autoestima como es el caso de los trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos de alimentación, problemas de acoso, problemas en las relaciones personales , dificultad para tomar decisiones debido a la inseguridad etc.

Nathaniel Branden, psicólogo canadiense, elucidó el papel de la autoestima en salud mental. Define la autoestima como "la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a nuestros desafíos básicos. Es nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, dignos, de tener derecho a afirmar necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar fruto de nuestros esfuerzos".

"Siguiendo en la línea de Branden, existen seis pilares básicos, que si se trabajan, se podrá desarrollar una autoestima sana y fuerte.

1. Vivir conscientemente, hace referencia a vivir el momento presente, "el aquí y el ahora". Se trata de aceptar los errores, corregirlos y aprender de ellos. Ser consciente y reconocer nuestras debilidades y también nuestros valores.

2. Aceptarse a uno mismo. Así como el primer paso es la identificación tanto de las debilidades como de las fortalezas y valores, en este punto trataríamos de aceptarnos con todos y cada uno de ellos. Tratar de comprender nuestros límites y aún así seguir con una actitud proactiva, nos ayudará a mejorar y a ser más felices.

3. Auto responsabilidad, manteniendo la idea de que somos los responsables de nuestros comportamientos, nuestras decisiones, valores, creencias y deseos, y por tanto, de nuestra felicidad.

4. Auto afirmación: Actuar según nuestras creencias y nuestros valores nos permitirá reafirmarnos sin tener la necesidad de cambiar para agradar a los demás antes que a nosotros mismos.

5. Vivir con propósito.

6. Integridad personal: debe existir una congruencia entre lo que queremos ser y lo que realmente somos. Debemos orientarnos hacia nuestras creencias y valores, porque lo contrario supondría una frustración y un ataque a nuestra autoestima."


Autoestima y ansiedad

Existe una estrella relación entre la baja autoestima y la ansiedad ya que:

- Las personas con baja autoestima pueden sentir ansiedad al dudar de su capacidad a la hora de hacer enfrentarse al día a día.

- Las personas con baja autoestima suelen tener pensamientos negativos sobre sí mismas ("no valgo para nada", "no lo voy a conseguir", "todo el mundo es más inteligente que yo"), lo que dispara los niveles de ansiedad y de inseguridad.

- Las personas con baja autoestima suelen ser personas inseguras. La falta de valoración y de confianza en sí mismas, hace que no confíen en sus capacidades, generando un bajo concepto de sí mismas.

- Ante situaciones que no pueden controlar o ante situaciones nuevas, las personas inseguras suelen estar en alerta por la incertidumbre que les genera la situación. Suelen además anticipar de forma negativa tanto su comportamiento como el de las demás personas, lo que dispara aún más sus niveles de ansiedad.








Psicólogos Oviedo. Ansiedad, baja autoestima, inseguridad











jueves, 26 de octubre de 2017

Síntomas de depresión infantil






La baja autoestima es uno de los síntomas de depresión infantil


"Cuando hablamos de depresión rápidamente se nos viene a la cabeza la imagen de una persona adulta, sin embargo, existen estudios que establecen que en torno a un 5 o 6% de niños llegan a padecer una depresión severa. Los síntomas en la depresión van cambiando según su edad y el nivel de desarrollo del niño/a y es necesario contemplar la existencia de un cambio brusco entre cómo era el niño/a antes a cómo es ahora.

A continuación se citan los síntomas propios de una depresión infantil:


  • Estado de ánimo irritable o depresivo
  • Pérdida de interés o placer
  • Subida o bajada de peso
  • Aislamiento social
  • Agitación
  • Problemas de conducta
  • Autoestima baja
  • Sentimientos de culpa
  • Sentimientos de desesperación
  • Trastornos de sueño, falta o en exceso
  • Cansancio
  • Llanto frecuente
  • Quejas físicas
  • Cambio en apetito
  • Autolesiones o intención de llevar a cabo conductas de este tipo
  • Ideas de suicidio
  • Dificultad de concentración
  • Disminución del rendimiento académico

Al igual que en otras patologías, estos síntomas pueden ser propios de cualquier otro tipo de problema, por lo que es necesario hacer un evaluación del niño/a ante la sospecha de que pudiera existir una depresión. En todo caso, nunca debe tomarse cada síntoma de manera aislada ni si se producen en días puntuales o en momentos en los que es normal sentir tristeza como podría suponer una pérdida. 

La evaluación del  niño/a que presenta este tipo de síntomas también permite descartar la existencia de cualquier otra patología en la que aparecen estos síntomas como: ansiedad, trastornos de conducta, TDA/TDAH, trastornos de aprendizaje, fobia escolar, trastornos de alimentación, timidez, fobia social etc." (Información extraída de la Revista Infocop)

























domingo, 22 de octubre de 2017

Problemas de sueño infantil


La ansiedad infantil es una de las causas del insomnio infantil





El sueño es una necesidad fisiológica, tanto para los niños como para los adultos. El no poder dormir resulta un problema tanto para los niños como para personas adultas. Además de la frustración que se siente al no poder dormir y la ansiedad que este hecho genera, resulta contradictorio que siendo una necesidad no se consiga llevar a cabo.


Las causas en el problema de insomnio infantil pueden ser diversas:

  • Componente genético, como en cualquier otro problema, el componente genético juega un papel importante, aunque siempre hay que tener en cuenta el ambiente o entorno del niño/a.

  • Características de personalidad, refiriéndonos a niños y niñas tendentes a la ansiedad, que tienen dificultades para relajarse, excesivamente preocupadizos, obsesivos,  que tienden a tener las situaciones controladas para no angustiarse, muy activos etc.
  • Existencia de ansiedad por separación. Para muchos niños y niñas el quedarse a dormir en su habitación significa separarse de sus padres. Aunque sea una separación temporal, ellos lo viven como si fuese una separación larga, sintiéndose indefensos ante la situación. Es habitual que en  esta patología aparezcan miedos ( a veces relacionados con que les pase algo malo a sus padres , no puedan controlar la situación ni hacer nada por evitarlo), que aumentan los niveles de ansiedad. El tener a sus padres al lado les ayuda a sentirse seguros por el control que tienen de la situación, por lo que la ansiedad no se dispara, y pueden llegar a dormir tranquilamente, aunque a veces se encuentran en alerta por el miedo que tienen de que sus padres le vayan a dejar solo. La calidad del sueño en estos casos también es negativa.

  • Niños que reclaman mucha atención, siendo la hora de dormir un buen momento para recibir más atención si cabe.
  • Existencia de miedos infantiles, que generan ansiedad en los niños y niñas, y les aleja de poder dormir correctamente.

  • Hábitos incorrectos de sueño: no tener horarios de sueño, que el ir a la cama suponga un conflicto, que por el día duerman una siesta larga, jugar a videojuegos, ordenador, ver la tele antes de dormir o dormir en la cama de los padres pueden ser factores de inicio y mantenimiento del insomnio infantil.

  • Por falta de atención o que el niño o la niña tengan esa percepción. Disfrutar de pocas horas de juego tanto por si mismo/a como en familia y verse expuestos únicamente a obligaciones y responsabilidades.

  • Pasar por periodos estresantes familiares, escolares, sociales etc. 

  • La existencia de estrés en el entorno familiar puede influir en el niño/a, ya que el mismo estrés disminuirá el tiempo de calidad para el niño/a, así como el aumento de conflictos entre los distintos miembros de la familia, que aumentará sus niveles de estrés.

  • Mediante refuerzo, es decir, tras haber conseguido que sus padres duerman con él/ella o haber ido a dormir a la cama de sus padres por presentar problemas de sueño.

En todo caso, es necesaria llevar a cabo una evaluación para ver cuáles son las causas que pudieran estar afectando al sueño del niño o de la niña. Normalmente su tratamiento va orientado tanto al niño/a, mediante Terapia Cognitiva Conductual, como el establecimiento de una serie de pautas con sus padres. 
En muchos casos, el problema de sueño, al igual que en los adultos, puede ser un problema secundario a otro, por lo que resolviendo el problema inicial, irá mejorando la calidad del sueño.





Psicólogos Oviedo. Ansiedad Infantil. Insomnio infantil



lunes, 2 de octubre de 2017

Trastorno de pánico y agorafobia





La ansiedad dispara nuestras preocupaciones y obsesiones



Los problemas de ansiedad han aumentado cada vez más en los últimos años. Dentro de los trastornos de ansiedad los que más se han disparado son los trastornos obsesivos y los trastornos de pánico y agorafobia.

El trastorno de pánico es la aparición de manera súbita, repentina de un alto nivel de ansiedad. Se conoce también como crisis de ansiedad. El funcionamiento de la ansiedad en una persona que tiene un trastorno de pánico es el siguiente:


  • A nivel cognitivo (pensamientos, obsesiones y lenguaje interno) , la persona piensa:" me voy a morir", "me va a dar algo", "me voy a volver loco"... 
  • A nivel fisiológico aparecen: taquicardias, mareos, vómitos, sensación de ahogo, opresión en el pecho, sudoración excesiva...
  • A nivel conductual: la persona busca seguridad ante todo, por lo que se producirán conductas de escape y evitación de aquellas situaciones y estímulos que considere que pueden desencadenar la crisis de ansiedad. Es habitual que las personas cada vez se aíslen más e incluso que se queden en casa buscando esa seguridad. Por este motivo es bastante habitual que el trastorno de pánico vaya de la mano de la agorafobia.


Tener alguna crisis de ansiedad de manera puntual no se considera un problema psicológico, pero sí cuando existe una frecuencia y sobre todo si empieza a interferir en la vida de la persona.

En los trastornos de pánico es habitual que exista una anticipación de los pensamientos y los síntomas  relacionados con la ansiedad, así como el miedo a que se desencadene una nueva crisis. El miedo hace que la persona utilice más conductas de escape y evitación, ya que es la manera que tiene de encontrar la seguridad y de controlar la ansiedad que le genera el exponerse a la situación determinada. Sin embargo, de esta manera , aunque la persona se alivia a corto plazo, a medio y largo plazo la ansiedad sigue manteniendo el problema. Por este motivo, reducir los niveles de ansiedad será el primer objetivo de tratamiento. Una vez que la persona sepa controlar y gestionar la ansiedad correctamente, se iniciará el enfrentamiento de la situación a través de técnicas de exposición ( en imaginación y/o en vivo).






Psicólogos Oviedo. Crisis de ansiedad. Agorafobia.