La comunicación es un pilar importante en las relaciones de pareja, que puede determinar la calidad de las mismas.
Cada vez existen más factores que contribuyen a que la comunicación entre las parejas sea más reducida (la rutina, las prisas, el cansancio, las nuevas tecnologías...) y por ello también los conflictos sean mayores. Normalmente todos estos conflictos tienen como trasfondo una mala comunicación.
Y... ¿Qué es la comunicación?
La comunicación es el intercambio de mensajes entre un emisor y un receptor. Pero no nos podemos quedar simplemente con esta definición. Cuando queremos comunicar algo a otra persona es necesario que ésta sepa comprendernos, que no sólo escuche lo que queremos decir para que nos quedemos a gusto, que tenga en cuenta nuestros sentimientos y sepa ponerse en nuestro lugar con el objetivo de buscar juntos una alternativa o una solución que permita un cambio. Ésto es la comunicación.
Además es importante utilizar una comunicación no verbal ( gestos y posturas) acorde al mensaje que estamos transmitiendo. No podemos negar que algo nos ha sentado mal verbalmente, mientras estamos con los brazos cruzados y con el ceño fruncido, por ejemplo.
Tampoco debemos olvidar que nuestra pareja no tiene por qué saber nuestros pensamientos, deseos o sentimientos, por lo que es fundamental aprender a comunicarlos en el momento en el que lo necesitamos o sentimos. Nuestra pareja no tiene por qué adivinar lo que queremos y si esperamos que actúe como queremos, sin haberle dicho lo que queremos, la bola se irá haciendo más grande, nos sentiremos más frustrados y el conflicto será mayor. De nuevo este conflicto servirá para echarnos en cara las cosas, como manera de desahogarnos, pero sin volver a encontrar una alternativa al problema. A la larga uno o ambos miembros de la pareja deja de comunicar o de hablar para no volver a discutir. No es más que una evitación. Como cualquier evitación a corto plazo puede resultar eficaz porque así no hay discusión, pero a medio y largo plazo las consecuencias son peores, porque aparece la frustración y la insatisfacción personal que acaban provocando una discusión todavía mayor. Afrontar el problema es siempre la mejor solución.
Lo positivo de todo ésto es que la comunicación en la pareja se puede entrenar para conseguir que la relación mejore. Aprender a comunicar nuestros deseos y expresar nuestros sentimientos, el entrenamiento en la escucha activa y la implicación diaria de los dos miembros de la pareja, nos pueden ayudar a resolver muchos conflictos y tomar las decisiones más acertadas.
"Recuerde que no basta con decir una cosa correcta en el lugar correcto, es mejor todavía pensar en no decir algo incorrecto en un momento tentador". (Benjamín Franklin).