martes, 12 de diciembre de 2017

Culpa, inseguridad y depresión

La culpa es una emoción que puede resultar bastante dañina para la persona que lo experimenta. En primer lugar debemos distinguir entre cuándo la culpa es una emoción normal (conciencia moral) y cuando este sentimiento deja de ser normal y simplemente sirve para atormentarnos. Es normal sentir culpa si hemos hecho algo que no está bien  o si hemos causado daño a otra persona, sin embargo, muchas veces experimentamos esta misma emoción por otros factores como pueden ser: la educación recibida, las presiones sociales, la búsqueda constante de aprobación social etc. Éstos, entre otros factores, nos van influyendo desde niños y contribuyen a la formación de una personalidad determinada que puede favorecer en mayor o menor medida la aparición de dicha emoción a niveles excesivos.

La culpa es una emoción estrechamente relacionada con la necesidad de ser aprobados por los demás. Desde pequeños nuestros padres nos felicitan siempre que nos hayamos portado bien. Como niños una de nuestras mayores pretensiones es la búsqueda de afecto por parte de nuestros padres, lo que nos lleva a esforzarnos constantemente por conseguirlo. A veces este esfuerzo constante se sigue extendiendo en la vida adulta de una forma patológica de manera que la persona al ser rechazada en una situación determinada se siente totalmente responsable y culpable. Por este motivo no es de extrañar que en algunas ocasiones un sentimiento de culpa intenso, ligado a una baja autoestima e inseguridad, puedan ser la causa de una depresión.  En otras ocasiones, el sentimiento de culpa aparece sin ser la causa de la depresión, pero sí como un síntoma de la misma, entendiendo la depresión como una enfermedad marcada por cambios en el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas más destacables en un cuadro depresivo son:


  • Pérdida de interés por las personas, las actividades o las cosas.
  • Pérdida de motivación
  • Tristeza
  • Apatía
  • Cansancio
  • Sentimiento de culpa
  • Pérdida de apetito
  • Insomnio o hipersomnia
  • Sentimientos de soledad
  • Problemas de atención
  • Percepción negativa de sí mismo y/o del entorno


A lo largo de los años, investigaciones han concluído que:

  • La culpa se vincula al desarrollo de la conciencia moral de la persona
  • Las personas introvertidas, con carácter obsesivo y con bajas habilidades sociales tienen mayor predisposición para experimentar la culpa en altos niveles.
  • Un apego inseguro o una educación basada en el castigo psicológico provocan intensos sentimientos de culpa


Al igual que hablamos de una estrecha relación entre culpa y depresión, también existe una relación estrecha entre la culpa y la asertividad. Las personas que buscan la aprobación externa y que con tal de complacer a quienes les rodean olvidan sus necesidades, sus deseos, pensamientos y opiniones para ajustarse a las demandas de los demás, tienen mayor probabilidad de experimentar culpa de manera intensa, principalmente en aquellas situaciones en las que no son aprobados o son rechazados externamente.











martes, 5 de diciembre de 2017

Agresividad infantil y adolescente





"Los datos determinan un aumento del comportamiento agresivo de niños y adolescentes en la sociedad española. Las consecuencias del mismo son negativas tanto para la víctima como para el agresor.

¿Qué variables predicen dichas conductas agresivas?


  • Inteligencia emocional
  • Habilidad de control
  • Estatus económico familiar

A nivel psicológico son las dos primeras variables a las que debemos referirnos, ya que son propias de niños y adolescentes, mientras que la tercera variable es una causa externa, que no podemos controlar.

La inteligencia emocional, entendida como la habilidad para percibir, usar, comprender y regular nuestras emociones y las de los demás. Un correcto nivel de inteligencia emocional predice la disminución de conductas agresivas y la mejora de los niveles de empatía de las personas.

La habilidad de control. Un déficit de autocontrol explica la impulsividad en las personas. La impulsividad, a su vez, se relaciona con una mayor probabilidad de emisión de conductas agresivas en niños, adolescentes y adultos."(Información extraída del siguiente artículo:http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7098)

No obstante, no debemos olvidar que respuestas agresivas en niños, adolescentes y adultos pueden ser  reflejo de la existencia de un problema emocional que la persona no sabe gestionar adecuadamente.