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Mujer preocupada en exceso por peso y figura. |
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Los trastornos de la conducta alimentaria o trastornos de la alimentación son aquellos que generan perturbaciones en la forma de comer de las personas, por exceso o por defecto. Habitualmente se acompaña de una excesiva preocupación por el peso y una marcada distorsión de la imagen corporal, que se liga a un intenso miedo a engordar.
A pesar de que los TCA suelen desencadenarse con mayor frecuencia en la adolescencia o en adultos jóvenes, este tipo de trastornos pueden desarrollarse en cualquier etapa de la vida, incluso en la niñez.
Es importante saber que los TCA afectan igual a hombres que a mujeres. Es más, una investigación publicada en la revista Neuropsychiatrie de l'Enfance et de l'adolescence destaca que los afectados de ambos sexos comparten la misma preocupación por ganar peso o por llevar la cuenta de las calorías ingeridas debido a una percepción errónea y distorsionada de su propio cuerpo y que los signos y síntomas son similares, independientemente del sexo de la persona.
Es cierto que hablamos de anorexia y a todos se nos viene a la mente la imagen de una chica o una mujer extremadamente delgada, o nos presentan vídeos o fotos de jóvenes manifestando miedo intenso a engordar, llevando a cabo dietas hipocalóricas y restrictivas y que incluso a veces muchos medios intentar vender sus productos "adelgazantes" a mujeres.
Actualmente, la mayor preocupación por la imagen corporal y por la estética en los hombres ha aumentado la incidencia de los TCA en el sexo masculino, pudiendo encontrarse ya en uno de cada cuatro casos. Sin embargo, la percepción generalizada de que los TCA se liga al sexo femenino continúa, lo que conduce a que se infradiagnostiquen casos de hombres que puedan presentarlos. En consecuencia, también se retrasa la ayuda y el apoyo que estos chicos necesitan.
Otro factor a tener en cuenta y relacionado con la idea anterior es el escaso reconocimiento de los signos y síntomas de los trastornos alimenticios en hombres. Ante esta idea, algunos investigadores se atreverían a señalar que la incidencia podría ser superior a uno de cada cuatro casos.
En un estudio publicado en British Medical Journal Open, estudiaron a 39 jóvenes de entre 16 y 25 años, diez de los cuales eran hombres, sobre sus experiencias con trastornos de alimentación, con el objetivo de medir el impacto de género en el diagnóstico, tratamiento y apoyo de estos problemas de salud. A todos los hombres les llevó un tiempo darse cuenta de que sus experiencias y comportamientos eran posibles signos y síntomas de un trastorno alimentario.
Sus comportamientos incluían pasar días sin comer, purgarse, contar obsesivamente las calorías, realizar mucho ejercicio y pesarse continuamente, además de que alguno de ellos se autolesionó. La percepción de que los trastornos alimentarios son un problema de las mujeres, y particularmente de mujeres jóvenes, fue citado como una de los principales motivos por los que les llevó tanto tiempo entender qué sucedía. Un joven dijo que pensaba que los trastornos alimentarios sólo afectaban "a las adolescentes frágiles", mientras que otro reconoció que pensaba que estos trastornos eran "algo de chicas". Ninguno de los hombres estaba al tanto de los síntomas de un trastorno de la alimentación, y los amigos, la familia y los profesores también eran muy lentos en reconocer los síntomas, además de que muchos retrasaban la búsqueda de ayuda por temor a no ser tomados en serio por los profesionales sanitarios o no saber a dónde acudir para pedir ayuda.
Para ayudar a identificar los síntomas de una forma más clara mostramos el siguiente enlace, donde se explican los síntomas más comunes de la anorexia y la bulimia y los síntomas físicos asociados a éstos. Todo ello facilitará que la persona que presente el trastorno de alimentación reciba pronto el diagnóstico y el tratamiento adecuado, sea hombre o mujer. También permitirá abordar cuanto antes las patologías habitualmente asociadas: depresión, ansiedad y el abuso de sustancias.