sábado, 29 de noviembre de 2014

¿Te suena la asertividad? Mejora tus habilidades sociales.


Chica diciendo "no". Comportamiento asertivo
La asertividad es una estrategia de comunicación que nos permite poder expresar nuestras ideas, pensamientos, deseos, opiniones, gustos o intereses de una manera clara, sin llegar a enfadarnos y atacar a los otros y sin permitir que éstos nos agredan.  Una conducta asertiva nos permite hablar de nosotros mismos, aceptar cumplidos, hacer o recibir halagos, aceptar o recibir críticas, saber decir no sin poner excusas, pedir aclaraciones o discrepar abiertamente sin sentirnos culpables.

La conducta asertiva se puede aprender y/o entrenar. Nos ofrece consecuencias muy positivas a corto, medio y largo plazo, ya que aumenta la probabilidad de que los otros se comporten con nosotros de una manera asertiva y así disminuirán al máximo las conductas que pudieran enfadarnos, colocándonos en un estilo de comunicación agresivo y las conductas que pudieran generar  frustración, utilizadas en un estilo de comunicación pasivo.

No sólo van a mejorar nuestras relaciones sociales si entrenamos nuestra asertividad sino que también nos encontraremos mejor con nosotros mismos, porque seremos capaces de dedicarnos tiempo a nosotros mismos sin sentirnos culpables y no tendremos la necesidad de buscar complacer siempre a los demás.


Otros estilos de comunicación:

- Estilo de comunicación pasivo: consiste en poner los derechos de los demás por encima de uno mismo, no expresando las opiniones, sentimientos, pensamientos etc por no herir a los demás o por evitar generar un conflicto. Las consecuencias de este tipo de comportamiento son:

  • Insatisfacción
  • Frustración
  • Culpabilidad
  • Falta de control
  • Baja autoestima
  • Inseguridad, falta de confianza
  • Quejas continuas, hablando de lo que los demás le hacen o de cómo se comportan

- Estilo de comunicación agresivo: consiste en imponer las propia voluntad sin respetar las opiniones, deseos o sentimientos de los demás, pudiendo llegar a humillar a los otros por imponer su punto de vista. Utilizan un tono de voz elevado, mirada fija, posturas intimidatorias e intentan dominar. Las consecuencias de este tipo de comportamiento son sociales principalmente. Entre otras también se encuentran:
  • Culpabilidad
  • Violencia
  • Relaciones escasas
  • Amenazas
  • Soledad

Como vemos las habilidades de comunicación juegan un papel importante en mejorar las relaciones sociales y en la satisfacción personal. Sin duda,  una conducta asertiva nos lo facilita y las consecuencias serán siempre positivas.

Relaciones de pareja: dependencia emocional y malos tratos psicológicos

Cartel para la prevención de la violencia física y  psicológica
Actualmente es habitual encontrarse con
adolescentes que inician relaciones de pareja a edades más tempranas. Sin embargo, estas relaciones no siempre son relaciones “sanas”.

Es habitual en las relaciones entre adolescentes que aparezcan normas y reglas que sobre pasen límites, entre estos los más habituales son: idea de posesión ( eres mío/a); idea de control (llamadas a cualquier hora para saber dónde está el otro, continuos mensajes para saber dónde y con quién se encuentre la otra persona en cualquier momento); celos exagerados ( donde a veces uno de los miembros de la pareja puede interpretar de manera errónea el comportamiento del otro miembro y sacarlo de contexto); prohibiciones ( no hablar con personas de sexo opuesto, no salir con amigos/as, no ponerse cierta ropa…); aislamiento (social, familiar…), manipulaciones, chantaje emocional o inversión de la culpa.

En cualquier caso, estas relaciones vienen determinadas por una gran dependencia entre sus miembros.  Son relaciones que se podrían definir por la idea de “ni contigo ni sin ti”, ya que aunque es habitual que rompan la relación varias veces, vuelvan juntos a las horas o a los pocos días para volver a vivir lo mismo.

A pesar de que el entorno de la pareja advierta a los miembros de lo que está pasando y que esa relación no le conviene, no pueden dejarse. Sería la misma idea de “adicción” a una sustancia, pudiendo experimentar una ansiedad elevada,  similar a la que ocurre  en el síndrome de abstinencia que experimenta una persona consumidora, por lo que muchas veces también en este proceso se habla de síndrome de abstinencia.

Aunque existen numerosas consecuencias para las personas que viven este tipo de relaciones, sin duda, la más importante sería llegar a la pérdida de respeto. Es en este caso cuando ya no hablamos  sólo de dependencia emocional, sino de malos tratos psicológicos. Es muy habitual que esto llegue a pasar. Y dentro de este maltrato psicológico encajarían todas esas normas y reglas que se mencionaron al principio y de las que se basan muchas relaciones hoy en día.  "En una relación en la que existe maltrato psicológico normalmente hay dependencia emocional, pero la dependencia emocional no necesariamente conduce al maltrato psicológico, aunque sí es un factor de riesgo considerable."

Enseñar a los a identificar todo este tipo de comportamientos y promover estrategias para que puedan utilizar en caso de estar viviendo algo de este tipo es fundamental de cara a prevenir un posible sufrimiento posterior.  En cualquier caso, es importante también tener en cuenta otros factores que pueden influir en que se den estas relaciones, basadas en la dependencia o en los malos tratos. Algunos de estos factores son: la infancia de la persona, experiencias previas negativas, hacer un análisis del entorno de la persona en todos los niveles: familiar, social, académico o laboral y conocer la valoración que hace la persona de sí misma, ya que una baja autoestima es un factor de riesgo importante.

No debemos cometer el error de pensar que sólo es maltrato una agresión física o violenta, Desafortunadamente el maltrato psicológico está más presente de lo que pensamos y deja en la persona peores secuelas. Este maltrato toma forma de: actitudes, comportamientos, prohibiciones, celos, faltas de respeto, desvalorizaciones, entre otros.


"Y sintiéndose fea se enamoró de un chico, que la trataba como si ella no fuera  digna de él... y a ella le pareció normal".




martes, 18 de noviembre de 2014

Trastornos de alimentación en hombres y mujeres

Mujer preocupada en exceso por peso y figura.
Los trastornos de la conducta alimentaria o trastornos de la alimentación son aquellos que generan perturbaciones en la forma de comer de las personas, por exceso o por defecto. Habitualmente se acompaña de una excesiva preocupación por el peso y una marcada distorsión de la imagen corporal, que se liga  a un intenso miedo a engordar.

A pesar de que los TCA suelen desencadenarse con mayor frecuencia en la adolescencia o en adultos jóvenes, este tipo de trastornos pueden desarrollarse en cualquier etapa de la vida, incluso en la niñez.

Es importante saber que los TCA afectan igual a hombres que a mujeres. Es más, una investigación  publicada en la revista  Neuropsychiatrie de l'Enfance et de l'adolescence destaca que los afectados de ambos sexos comparten la misma preocupación  por ganar peso o  por llevar la cuenta de las calorías ingeridas debido a una percepción errónea y distorsionada de su propio cuerpo  y que los signos y síntomas son similares, independientemente del sexo de la persona.

Es cierto que hablamos de anorexia y a todos se nos viene a la mente la imagen de una chica o una mujer extremadamente delgada, o nos presentan vídeos o fotos de jóvenes manifestando miedo intenso a engordar, llevando a cabo dietas hipocalóricas y restrictivas y que  incluso a veces muchos medios intentar vender sus productos "adelgazantes" a mujeres.

Actualmente, la mayor preocupación por la imagen corporal y por la estética en los hombres ha aumentado la incidencia de los TCA en el sexo masculino, pudiendo encontrarse ya en  uno de cada cuatro casos. Sin embargo, la percepción generalizada de que los TCA se liga al sexo femenino continúa, lo que conduce a que se infradiagnostiquen casos de hombres que puedan presentarlos. En consecuencia, también se retrasa la ayuda y el apoyo que estos chicos necesitan.

Otro factor a tener en cuenta y relacionado con la idea anterior es el escaso reconocimiento de los signos y síntomas de los trastornos alimenticios en hombres. Ante esta idea, algunos investigadores se atreverían a señalar que la incidencia podría ser superior a uno de cada cuatro casos.

En un estudio publicado  en British Medical Journal Open, estudiaron a 39 jóvenes de entre 16 y 25 años, diez de los cuales eran hombres, sobre sus experiencias con trastornos de alimentación, con el objetivo de medir el impacto de género en el diagnóstico, tratamiento y apoyo de estos problemas de salud. A todos los hombres les llevó un tiempo darse cuenta de que sus experiencias y comportamientos eran posibles signos y síntomas de un trastorno alimentario.

 Sus comportamientos incluían pasar días sin comer, purgarse, contar obsesivamente las calorías, realizar mucho ejercicio y pesarse continuamente, además de que alguno de ellos se autolesionó. La percepción de que los trastornos alimentarios son un problema de las mujeres, y particularmente de mujeres jóvenes, fue citado como una de los principales motivos por los que les llevó tanto tiempo entender qué sucedía. Un joven dijo que pensaba que los trastornos alimentarios sólo afectaban "a las adolescentes frágiles", mientras que otro reconoció que pensaba que estos trastornos eran "algo de chicas". Ninguno de los hombres estaba al tanto de los síntomas de un trastorno de la alimentación, y los amigos, la familia y los profesores también eran muy lentos en reconocer los síntomas, además de que muchos retrasaban la búsqueda de ayuda por temor a no ser tomados en serio por los profesionales sanitarios o no saber a dónde acudir para pedir ayuda.

 Para ayudar a identificar los síntomas de una forma más clara mostramos el siguiente enlace, donde se explican los síntomas más comunes de la anorexia y la bulimia y los síntomas físicos asociados a éstos. Todo ello facilitará que la persona que presente el trastorno de alimentación reciba pronto el diagnóstico y el tratamiento adecuado, sea hombre o mujer. También permitirá abordar cuanto antes las  patologías habitualmente asociadas: depresión, ansiedad y el abuso de sustancias.