martes, 10 de marzo de 2015

Las fobias


El miedo a volar es un ejemplo de fobia específica.




Según un estudio llevado a cabo se estima que el 6% de la población sufre en la actualidad algún tipo de fobia, aunque esta cifra no se puede estimar, porque no todas las personas con algún tipo de fobia acuden a consulta.


Cuando hablamos de fobia nos referimos a un miedo excesivo e irracional , desencadenado por la presencia de un objeto o situación específicos.

La persona se da cuenta de que el miedo es excesivo e irracional, pero aún así no consigue controlarlo. Sólo se siente aliviada cuando evita la situación o el estímulo que le produce el malestar.

Actualmente, las fobias se clasifican en tres grupos: específica, social y agorafobia. La fobia específica se caracteriza por un temor o miedo intenso a un objeto o a una situación específica (aviones, animales, inyecciones...); la fobia social se caracteriza por una ansiedad y miedo intenso en las situaciones sociales en las que la persona se expone a ser evaluado por los demás (una conversación, quedar con personas desconocidas, hablar con otras personas...); la agorafobia, en donde la creencia habitual que se mantiene es el miedo intenso a los espacios abiertos, pero  el síntoma más importante en el caso de la agorafobia es la aparición de ansiedad en lugares o situaciones en las que no es difícil escapar o no se reciba la ayuda que se necesita en caso de que aparezca una crisis. La persona lo que más teme es la aparición de la ansiedad, tiende a evitar cualquier situación en la que le puedan aumentar los síntomas, por lo que acaba evitando ir a lugares, mezclarse con otras personas, usar transportes públicos...

Como la fobia es un problema de ansiedad, la evitación vuelve a entrar en juego. La ansiedad disminuye y la persona se siente mejor a corto plazo, pero no a medio y largo plazo. También son habituales quejas somáticas que la persona empieza a tener (dolor torácico, problemas para respirar, sensación de pérdida de control...) Todas ellas relacionadas con la ansiedad.

Lo  importante en el caso de las fobias es identificarlas lo más temprano posible para empezar el tratamiento cuanto antes. Se basará en técnicas de relajación en un primer momento para disminuir la ansiedad que está manteniendo el problema, y posteriormente se harán exposiciones ( en imaginación y/o en vivo).

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