Las habilidades sociales básicas se desarrollan desde pequeños |
El entrenamiento en habilidades sociales ayuda a los niños a expresar sus pensamientos, sentimientos, emociones, preferencias y gustos de manera asertiva. Es importante el desarrollo de estas habilidades desde la infancia, porque va a mejorar su adaptación al mundo social y el aprendizaje de estrategias para desenvolverse en la vida adulta. Además, la adolescencia es una etapa crítica para las personas con bajas habilidades sociales, ya que la comunicación supone mayores exigencias.
Varias investigaciones han encontrado una relación directa entre un buen desarrollo de las habilidades sociales en la infancia con un posterior funcionamiento social, académico y psicológico.
La existencia de bajas habilidades sociales en la infancia tiene también relación directa con otras patologías: ansiedad, depresión, baja autoestima e inseguridad... que pueden aparecer tanto en la edad infantil como en edades más avanzadas. A veces, un mal comportamiento de los niños puede servirnos para darnos cuenta de que algo pasa. Por ejemplo, un niño con bajas habilidades sociales puede tener dificultades para resolver un conflicto con compañeros de colegio. Si el niño adopta un estilo de comunicación pasivo (no nos cuenta cómo se siente, qué es lo que le pasa, no pregunta cómo debería actuar y ni si quiera actúa), el malestar emocional que le provoca la situación puede reflejarse en casa con agresividad o rabietas constantes.
¿Cuáles son las habilidades sociales básicas?
- Apego
- Empatía
- Asertividad
- Cooperación
- Comunicación
- Autocontrol
- Comprensión de situaciones
- Resolución de conflictos
- Aprender a decir no
- Saber aceptar y recibir críticas
- Saber aceptar y hacer halagos
- Toma de decisiones
En ocasiones puede ocurrir que el niño/a sea tímido/a y le cueste relacionarse e interactuar con iguales o con un grupo. En este caso las habilidades a entrenar también serán:
- Escucha activa
- Iniciar una conversación
- Mantener una conversación
- Terminar una conversación
Las habilidades para enfrentarse a situaciones se suelen desarrollar con éxito a lo largo de la infancia y la adolescencia. Las primeras empiezan a desarrollarse en los primeros años de vida, en el momento en el que los niños empiezan a entrar en contacto con iguales.
En resumen, es importante que los niños desde pequeños desarrollen habilidades sociales. Para ello, debemos fomentar la imagen positiva de sí mismos, mejorar la capacidad de escucha y de empatía hacia los demás, animar a los niños a que participen en situaciones sociales sin la necesidad de que estemos presentes, explicarles cuál es la manera de comportarse correctamente en caso de conflicto o por qué se ha producido una situación concreta.
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