viernes, 27 de mayo de 2016

Crisis de ansiedad o ataques de pánico






El entrenamiento en relajación ayuda a controlar los síntomas de ansiedad



"Según informaciones aportadas por el Centro Nascia (Centro de Salud y Bienestar en Madrid), el 50% de las mujeres sufre o ha sufrido a lo largo de su vida una crisis de ansiedad o trastorno de pánico.

Hablamos de un trastorno que ha aumentado en la actualidad, principalmente debido a que el ritmo de vida ha cambiado mucho para todos. La incorporación de las mujeres al trabajo, los horarios rígidos que dificultan la conciliación de la vida familiar y laboral, las condiciones económicas de los últimos tiempos etc aumentan la probabilidad de que los problemas de ansiedad aparezcan.

Su aparición normalmente se relaciona con haber sufrido una situación estresante o traumática. Sin embargo, no siempre sucede así. A veces, la persona puede estar realizando alguna actividad agradable, por ejemplo, pasear, dibujar, ver una película o esuchar música y empezar a notar algunos síntomas de ansiedad.

Los síntomas de ansiedad a los que nos referimos cuando hablamos de una crisis son:

  • Miedo o malestar intensos
  • Palpitaciones
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de ahogo
  • Opresión torácica
  • Naúseas
  • Molestias abdominales
  • Mareos o desmayos
  • Desrealización: sensación de que no estamos viviendo una realidad
  • Despersonalización: sensación de que el propio cuerpo es extraño
  • Miedo a perder el control o volverse loco
  • Parestesias: hormigueo o entumecimiento de extremidades
  • Escalofríos o sofocos 

Estos síntomas varían según las personas y no tienen por qué aparecer todos para que hablemos de crisis de ansiedad. El hecho de sufrir una crisis de ansiedad no impide que la persona pueda seguir con su ritmo de vida normal, el problema aparece cuando las crisis aparecen de forma repetida, ya que además el miedo a los mismos síntomas y a que la situación se repita, aumenta la probabilidad de que una nueva crisis de ansiedad aparezca.

El tratamiento alternativo a la medicación para las crisis de ansiedad  se orienta al entrenamiento  en relajación de la persona para  que aprenda a manejar la ansiedad y el estrés. La práctica diaria de las técnicas de relajación ayuda a que la ansiedad no se dispare y así reducir la probabilidad de que aparezcan crisis de ansiedad".

http://www.laopinion.es/vida-y-estilo/salud/2016/05/25/50-mujeres-padece-ataques-panico/677930.html




Psicólogos Oviedo. Trastornos de ansiedad.





martes, 10 de mayo de 2016

Investigaciones que avalan la influencia de la mala comunicación en la satisfacción de las relaciones de pareja




Saber comunicarse correctamente y compartir ocio en pareja fortalece las relaciones

 "Una investigación llevada a cabo por el Psicólogo James K. McNulty acerca de cómo puede afectar a la pareja una comunicación basada en indirectas y presiones concluye que la influencia que ejerza depende de la fotaleza de su vínculo. Además, ha añadido que el hecho de poner expectativas demasiado altas sobre la otra persona y sobre la relación, lleva a aumentar la presión interna que se da entre los miembros de la pareja y que sólo aquellos que tienen una relación sólida y sin problemas son capaces de controlarla.
Pero, ¿Cuántos de estos matrimonios existen?

Para realizar esta investigación seleccionó una muestra de 135 parejas de recién casados, a los que evaluó por separado y a nivel de pareja. Además, las evaluaciones siguieron durante los cuatro años siguientes. Finalmente se concluyó que " aquellas parejas que esperan mucho de la otra persona tienen sólo mayor satisfacción a nivel marital si tienen también menos problemas previos"." 

 Cuando llevamos a cabo una terapia de pareja, observamos que uno de los problemas más comunes es de comunicación. A veces no decimos las cosas a la otra persona por no querer hacerla daño, pero como también necesitamos liberar la frustración que sentimos, vamos diciéndoselo poco a poco, con indirectas e ironía. Tenemos un doble resultado: causamos más daño a la persona que las recibe y aumentamos los conflictos, con lo que la relación cada vez se deteriora más.

En este sentido, cuidar la comunicación no verbal también es necesario. Muchas veces recurrimos al "juego" de los gestos (miradas, tono de voz, la no respuesta etc) con el ánimo de que la otra persona identifique que estamos enfadados y que ha hecho algo mal. Incluso puede ocurrir que esa persona, sin entender nuestro comportamiento nos pregunte qué nos pasa y le contestemos con un simple "nada", pero a la vez seguimos expresando un gesto de enfado. Utilizando mensajes de doble vínculo, diciendo que no pasa nada, pero a la expresando que si, agravamos aún más el problema y damos pie a un conflicto mayor.

Con el paso de los años, la motivación de las relaciones de pareja también ha ido cambiando. Mientras hace años, las personas se solían casar por cuestiones más prácticas, actualmente, las parejas buscan en primera instancia su crecimiento personal a nivel individual y sobre todo abastecer sus necesidades individuales. No debemos ser demasiado extremistas. Una relación es de dos. Para los dos debe suponer el mismo esfuerzo y la misma inversión. Y cuando hablamos de individualismos también hasta cierto punto. Cada uno con su espacio es necesario y evidente, pero también es fundamental disfrutar de ocio en pareja. Recuperar actividades y hobbies en común suele ser otro de los objetivos a trabajar y llevar a cabo en una terapia de pareja.

Pichando en el siguiente enlace podreis ampliar información sobre ésta y otras investigaciones llevadas a cabo sobre este tema.
 http://elpais.com/elpais/2016/04/27/buenavida/1461756298_620260.html


 Psicólogos Oviedo. Terapia de Pareja.
 





viernes, 6 de mayo de 2016

Compaginar el estrés adulto con la vida familiar.




Dedicar tiempo a nuestros niños es necesario a pesar del estrés.


 De lunes a viernes, algunos sábados. Como todas las mañanas a Paula le suena el despertador a las siete de la mañana. No puede quedarse ni cinco minutos más porque a las 8, 30h tiene que dejar a su hija Laura en el colegio para luego iniciar su jornada laboral que se extiende hasta las 17 h. De 7 a 8 de la mañana tiene que prepararse ella para rápidamente despertar a la pequeña, ayudarla a asearse, vestirse, prepararle el desayuno... y algunos días insistir en varias ocasiones para que la niña se levante de la cama, con lo que el tiempo se le echa aún más encima.

Al salir de su trabajo, Paula tiene que ir a buscar a la niña al colegio y, o bien se dirigen a casa, donde tiene que ayudarla con los deberes que no le dio tiempo a terminar, o bien, la lleva a alguna actividad extraescolar. A esta situación hay que sumarle todas las tareas del día a día (hacer la compra, ir a comprar material escolar, poner lavadoras, preparar la cena y la comida del día siguiente...).

Un día tras otro, y semana tras semana, la situación acaba por generar un tremendo estrés para Paula. Sin embargo, inconscientemente, Paula transmite el propio estrés a toda la familia y en especial, a su niña, a la que mete prisa para realizar sus actividades, a la que deja jugar menos tiempo, y en la que proyecta sus preocupaciones diarias. Con lo que al final el ambiente familiar es totalmente destructivo.

La peor consecuencia de vivir en esta situación de estrés a nivel familiar es que todos los miembros de la familia dejan de estar a gusto en casa, que el hecho de llegar a casa se convierte en una situación más agobiante y que el simple de hecho de ver la larga lista de actividades que tenemos que hacer, normalmente por y para nuestros hijos resulte aún más estresante y agotador. Intentar abarcar todos los ámbitos es imposible y tampoco es lo que nuestros hijos quieren y necesitan. Para ellos siempre será mejor vivir en una mbiente distendido, agradable, relajado, en el que dentro de nuestras obligaciones sí tengamos al menos un ratito al menos para jugar con ellos y para compartir las vivencias del día a día. Y cuando nos vemos en niveles de estrés tan elevados, inconscientemente y sin quererlo, muchas veces es de lo primero que prescindimos.

Para abordar este tipo de problemas lo mejor es intentar delegar responsabilidades en otras personas, compartir con otros tanto las obligaciones y responsabilidades como nuestras preocupaciones, es fundamental comunicarnos correctamente y por supuesto, saber organizarnos y planificarnos bien.

Además:
  • Las responsabilidades diarias deben gestionarse a medias con otra persona: (respecto al ámbito doméstico, educativo, de salud, etc...)
  • Es importante saber delegar y confiar en los demás, sin tener la idea de que nosotros lo hacemos mejor que nadie y que por eso nosotros debemos asumir esa responsabilidad.
  • Comunicarnos con otras personas que nos entiendan y compartir nuestras preocupaciones y responsabilidades.
  • Establecer prioridades: ¿Hay alguna tarea de las que tengo en la lista que puede esperar a mañana? Hoy tengo que hacer la cena, pero quizás no sea tan necesario que hoy planche la ropa.
  • Saber establecer metas y límites realistas para nosotros mismos y para los demás.
  • Es fundamental dedicarnos tiempo a nosotros mismos, recuperar las actividades que por cumplir obligaciones hemos dejado de lado y mantener actividades en pareja.


Escuela de Padres.  Psicología Infantil. Psicólogos Oviedo