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El perfeccionismo puede conducir a padecer crisis de ansiedad y alteraciones del ánimo. |
El perfeccionismo es un rasgo de personalidad, que se asocia con la falta de seguridad y confianza en uno mismo, por lo que las personas perfeccionistas sienten niveles de ansiedad elevados, ya que se exigen tanto a sí mismos como a los demás.
Aunque alcanzar la perfección es la meta de muchas personas, buscarla incesantemente genera paradójicamente mayor imperfección, puesto que intensifica la ansiedad de las personas, lo que repercute en su bienestar físico y psicológico.
Como decíamos anteriormente, el perfeccionismo se relaciona con la falta de confianza y de seguridad en uno mismo. Son personas que se pasan el día realizando actividades cotidianas, queriendo llegar a un nivel de perfección en el que o creen que llegan a conseguir la meta tan elevada que se han propuesto o no terminarán nunca de realizar la actividad hasta llegar a la meta que quieren conseguir. Por ejemplo, ocurre a veces con estudiantes que aspiran a sacar un sobresaliente como nota mínima. Se pasan un mes preparando el examen durante varias horas al día, pero se acerca el día del examen y acaba decidiendo no presentarse, porque considera que no está lo suficientemente preparado. El propio hecho de que este alumno se exija como mínimo un sobresaliente ya dispara sus niveles de ansiedad . La evitación siempre será una estrategia a la que decidan agarrarse para aliviarse de la ansiedad que a corto plazo le genera enfrentarse a dicha situación. A medio y largo plazo, seguirán utilizando esa evitación como estrategia principal cada vez que sientan la ansiedad asociada al miedo al fracaso y a no llegar al nivel que me había propuesto. Al final acaban sintiendo que pierden el tiempo y acaban desarrollando un sentimiento de inutilidad ya que la meta propuesta es para ellos el objetivo principal de su vida en ese momento, y sin embargo, acaban por no presentarse al examen (evitación). En definitiva, la ansiedad a la que se enfrentan estas personas en situaciones sin saber cómo gestionarla, hacen que al final utilicen la evitación como estrategia principal. El miedo al fracaso se esconde en el fondo de estas personas, y la anticipación de que puede y va a fracasar, les genera unos niveles altísimos de ansiedad.
Un estudio realizado por la Universidad de Bock, encargado de relacionar el perfeccionismo y la salud física concluyó que:
"las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal y a tener síntomas de ansiedad, falta de sueño, dolor y fatiga".
El hecho se ser perfeccionista no está considerado actualmente como una patología, sin embargo , si no se sabe gestionar, sí se considera un factor de riesgo para el desarrollo de otras, como el trastorno obsesivo compulsivo. Además, los niveles de exigencia que se impone la persona perfeccionista conduce a desencadenar crisis de ansiedad y estados de ánimo depresivos.
Académica y laboralmente las personas perfeccionistas son lentas en ejecución de la tarea. Repasan en muchas ocasiones sus trabajos. Muchas veces el sobre esfuerzo que les supone enfrentarse a ellos acaba por generarles sufrimiento y se acaban desmotivando, sobre todo cuando se comparan con el resto de compañeros y perciben que ellos consiguen igualmente buenos resultados, pero con la mitad de esfuerzo y tiempo invertido.
Socialmente son personas muy exigentes consigo mismas y con las otras personas. Son personas auto críticas y manifiestan muchas veces rigidez en la forma de entender la vida. Estas características suponen muchas veces un handicap para tener relaciones sociales exitosas. Si además ellas perciben que no son tan exitosas como deberían o que no son aceptados al nivel que esperan, se acaban frustrando. Muchas veces porque se sienten "diferentes" y otras muchas porque con tal de complacer y de ser aceptadas, acaban olvidando quiénes son realmente para convertirse en lo que el resto espera de ellos. La frustración vuelve a estar presente.
En definitiva, el perfeccionismo es un rasgo de personalidad que puede ser positivo siempre que seamos capaces de gestionarlo correctamente desde el punto de vista emocional. En caso contrario, encontramos los inconvenientes anteriormente mencionados y en cuyo caso nos centraríamos en:
Disminuir los niveles de ansiedad mediante técnicas de relajación para que la persona sea capaz de gestionar dicha emoción.
Llegar a aceptarnos tal y como somos, sin la necesidad de ser perfecto. Potenciar nuestra autoestima.
Reestructuración cognitiva ( rigidez de ideas, búsqueda incesante del perfeccionismo, aceptar que existe el derecho de cometer errores y equivocarse).
Trabajar la parte emocional vs la irracionalidad.
La
ansiedad se asocia a síntomas como:
inquietud, fatiga, dificultad de concentración, irritabilidad, tensión muscular o alteración del sueño.
Psicólogos Oviedo. Trastornos de ansiedad