lunes, 8 de mayo de 2017

Empatía y relaciones sociales






Identificar correctamente las emociones ayuda a desarrollar una correcta capacidad empática




La empatía es una capacidad que los seres humanos debemos desarrollar para adaptarnos al entorno social que nos rodea y para tener éxito en las relaciones sociales.
La empatía se define como la capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona, teniendo en cuenta las necesidades, emociones y pensamientos de la otra persona. Los estudios realizados desde la Psicología concluyen que las personas más empáticas con las que más éxito tienen en sus relaciones sociales.

En algunas ocasiones y sin querer, las personas nos centramos en lo siguiente que vamos a decir o en expresar cómo nos sentimos o lo dolorosa que fue para una experiencia para nosotros y nos olvidamos en prestar la atención en lo que la persona que tenemos de frente quiere transmitirnos y en la necesidad que quiere expresar. En estas ocasiones, por tanto, no nos comportaremos como personas empáticas y es probable que la persona que tenemos de frente no se sienta comprendida por nosotros.

Otro de los errores que cometemos cuando hablamos de empatía es proyectar cómo nos sentiríamos nosotros cuando la persona nos está contando un problema. Imaginemos que nos llama un amigo y nos comenta que mañana van a operar a su hermano de un riñón, le preguntamos cómo está y nos responde que la operación no va a ser tan complicada como realmente parece. Nosotros le respondemos que las operaciones de riñón siempre son complicadas. ¿Qué estamos haciendo en esta situación? Estamos proyectando cómo nos sentiríamos nosotros en caso de que fuese nuestro hermano quien va a operarse. La consecuencia que puede derivar de aquí es que nuestro amigo no se sienta comprendido, porque él no está excesivamente preocupado y, sin embargo, la respuesta que nosotros le damos es que debería hacerlo.

Las emociones tienen una respuesta más o menos aceptada socialmente y esa aceptación al final depende de lo que la gente espera que respondamos. Por eso en el ejemplo anteriormente comentado, la relación se afianzaría mucho más si respondiésemos de una forma empática y no proyectiva.

Desarrollar la empatía implica la percepción de las emociones de los demás (su identificación) y no emitir juicios de valor sobre las otras personas. Se trata de observar más y juzgar menos para dar respuesta a lo que nos están pidiendo y no a lo que nosotros creemos que sentiríamos en la misma situación.

¿Cómo debemos responder empáticamente a cada una de las emociones que sentimos?

Ante la alegría, la respuesta más empática es sumarnos a ella , compartirla con la persona que se está sintiendo así.

Ante la tristeza, no ayuda quitarle importancia a la situación. Servir de escucha y estar con la persona, así como acompañarla de comunicación no verbal sería un punto favorable ( dar un abrazo, hacerle una caricia, un gesto etc).

Ante el miedo , la mejor manera de mostrar empatía con la persona es apoyarla y darle la mayor seguridad posible.

Ante el enfado, dejar a la persona que se tranquilice sin tratar de hacerla razonar en ese momento y sin mostrarse completamente pasivo, ayudará a que disminuya la intensidad emocional. A veces la no respuesta verbal es la mayor respuesta empática hasta que veamos que la otra persona ya se encuentra  tranquila. Una vez que la persona se encuentre en este estado, intentaremos explicar y razonar con ella la situación, no para convencerla sino para que entienda, al menos, cómo nos sentimos.



http://elpaissemanal.elpais.com/confidencias/psicologia-empatia/





Psicólogos Oviedo

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