martes, 19 de enero de 2016

Mentiras infantiles: ¿Por qué mienten los niños?




Mentiras como "yo no he sido" pueden venir del miedo a recibir una consecuencia desagradable.

¿Os suenan las frases del tipo: "Yo no he sido", " No sé quien lo hizo", " A Paula sí le compraron el juego a pesar de  haber suspendido", " Le pegué, porque él me insultó primero", "Me duele el estómago, la cabeza... no puedo ir"?

Mentir es un acto voluntario que consiste en no admitir la verdad y con el que conseguimos ocultar la realidad. Aunque es un acto intencionado, existen diferencias según a la etapa a la que nos refiramos.
A veces creemos que los más pequeños nos mienten porque quieren engañarnos, pero nos equivocamos. Detrás de algunas mentiras podemos leer otro trasfondo. Por ejemplo, que pretendan agradarnos, que necesiten llamar la atención, evitar conflictos o que no sepan distinguir bien entre fantasía o realidad.

Debemos estar atentos a la frecuencia con la que el niño o la niña miente, porque en caso de que fuese frecuente, habría que valorar cuál es el motivo por el que nos está mintiendo.

En cualquier caso, debemos enseñarles la importancia de decir la verdad y las consecuencias que pueden tener si mienten. Es más, tras haber razonado con el niño o la niña, nosotros debemos establecer una consecuencia negativa inmediata a dicho comportamiento y hacerle entender el por qué de esta consecuencia. Ej: (retirada de algún objeto o estímulo que le resulte agradable).
 También es importante que insistamos en la diferencia de sentirse aliviado por haber contado lo que ha pasado, aunque en un primer momento le pueda dar miedo o le cueste aceptar las consecuencias, a cómo se siente al seguir aguantando la mentira. Si vamos por esta vía, le podemos mostrar también que diciendo la verdad, encontrará una solución más rápida a la situación que está ocultando, porque nosotros estaremos ahí para orientarle.

Todo este razonamiento debemos hacerlo con el niño o la niña en la intimidad, ya que si lo hacemos delante de otras personas y en especial delante de iguales, podemos deteriorar su autoestima.

¿Qué tipo de problema podemos encontrar si se repiten frecuentemente las mentiras siguientes?

  • Yo no he sido: niega haber hecho algo por la consecuencia que pueda recibir o por miedo. Si este comportamiento lo mantiene en el tiempo e incluso en la adolescencia, podríamos hablar de una personalidad evitativa. 
  • Insiste en saber hacer algo a pesar de que le hemos demostrado que no ha sabido hacerlo: podría indicar problemas de autoestima, ya que el niño o la niña parece no aceptarse.
  • Me duele el estómago y no puedo ir: hablamos de una evitación. Probablemente exista algún miedo de fondo: Ej: suspender un examen.
  •  Exageración de situaciones, pertenencias, necesidad de agradar y exagerar para llamar la atención: Problemas de autoestima.


Psicólogos Oviedo. Psicología infantil.

lunes, 11 de enero de 2016

Ejemplo de un caso de hipocondría




Las personas con hipocondría acuden repetidas veces a consultas médicas buscando un diagnóstico




"Miguel, de 30 años, vive con angustia la muerte de un miembro de su familia a causa de un tumor cerebral. Poco tiempo después empieza a experimentar mareos, dolores de cabeza, y nota que su rendimiento en el trabajo ya no es el mismo.

Alarmado por estos signos acude al médico de cabecera. Los resultados de su exploración son limpios. «No puede ser, tengo un tumor cerebral y eso no se ve en una simple exploración física», piensa. Pide pruebas más sofisticadas: un electroencefalograma, un TAC, una resonancia magnética. Nada. «Usted no tiene nada», le asegura el especialista.

Tras dos semanas de relativa tranquilidad, Miguel vuelve a notar síntomas. Esta vez visita a un neurólogo, y luego a otros médicos. Incluso una noche acude a un servicio de urgencias. Han pasado más de seis meses y, salvo pequeñas temporadas, no logra superar su terrible preocupación. Su familia empieza a estar cansada, ya sólo habla de su enfermedad y ha discutido con su médico de cabecera, que no sabe cómo aliviar sus temores".



La hipocondría es un tipo de obsesión que siente la persona con el temor a tener una enfermedad física y a la posibilidad de morir.

La persona que tiene hipocondría cree que todos los síntomas que manifiesta su cuerpo son síntomas de enfermedad y no de ansiedad.  Observan constantemente su cuerpo y en cada uno de los síntomas no ven más allá de un infarto o de cualquier otra enfermedad física. Esta constante preocupación les hace acudir repetidas veces a consultas médicas en las que no se encuentra ningún síntoma físico.

La persona que tiene hipocondría experimenta mayor angustia y ansiedad al no encontrar ninguna causa física. Es necesario explicar a la persona cuál es el funcionamiento de la ansiedad y como ésta actúa en tres niveles de respuesta: cognitivo (pensamientos), fisiológico (síntomas físicos) y conductual (comportamiento, conducta), de manera que reducir el nivel de ansiedad será el primer objetivo de tratamiento en la hipocondría, ya que es la que mantiene el problema.


lunes, 4 de enero de 2016

¿Cuáles son los riesgos del uso de nuevas tecnologías y redes sociales en niños y adolescentes?






La prevención debe orientarse hacia niños, adolescentes y familiares.

  Hoy día los niños son grandes dominadores de las nuevas tecnologías. Ya desde pequeños saben manejar cualquier tipo de dispositivo electrónico, incluso mejor que los adultos. Aunque tiene su parte positiva (mejora de atención mediante actividades online, estimulación del aprendizaje y la investigación, desarrollo de actividades tecnológicas etc), hay una serie de riesgos que existen y que los padres deben conocer. Entre otros, se encuentran:

  • Grooming: práctica mediante la que un adulto se gana la confianza del niño para conseguir un propósito sexual.
  • Sexting: se da principalmente en adolescentes. Consiste en el intercambio de fotos y vídeos con connotación erótica y sexual, que en muchos casos produce extorsión y consecuencias psicológicas importantes. 
  • Ciberbullyng: acoso psicológico a través de las redes sociales.
  • Obsesión por los videojuegos y aislamiento social.
  • Pérdida de interés por las formas tradicionales de juego, que favorecían la independencia, el entretenimiento, la socialización, la actividad física y el aprendizaje lúdico.
  • Puede ocurrir que el mundo fantástico de los videojuegos se acabe llevando a la realidad y genere confusión entre fantasía y realidad. "Pérdida de contacto con la realidad".
  • Dependencia y ansiedad.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Sedentarismo y obesidad.

Nuestra labor con los niños y adolescentes es potenciar el uso de las nuevas tecnologías, pero siempre bajo la responsabilidad y el control, y sobre todo, haciéndoles conocer desde pequeños los riesgos que existen y las consecuencias que pueden tener sus comportamientos en las redes sociales.

Estar pendientes de cómo se relacionan los niños con sus iguales también es importante. Muchas veces bajo la obsesión y dependencia a los videojuegos y las redes sociales se esconden problemas de timidez, baja autoestima e incluso fobia social, siendo perfiles de mayor riesgo en las redes sociales, ya que cualquier persona ( de menor, igual o de mayor edad), pueden hacerles sentir mejor y aparecer un problema de los anteriormente mencionados.

Por tanto, se considera que el trabajo de prevención ha de ser conjunto y debe estar orientado tanto para los niños y adolescentes como para las propias familias.

Tampoco debemos olvidar que a estas edades los adultos somos el modelo a seguir por ellos. Nos resutará mucho más difícil pedirles que estén lejos del ordenador si nosostros nos comunicamos con ellos con una pantalla por medio, si sustituímos nuestras relaciones sociales (directas y de cara a cara) por un teléfono o por una red social o si les pedimos que se alejen de la televisión y hagan ejercicio físico si nosotros nos pasamos el día delante de ella.



http://www.cop-asturias.org/uploads//PDF/Jornada-Coana.pdf



Psicólogos Oviedo. Psicología Infantil- Adolescentes.