jueves, 5 de febrero de 2015

Aprender a controlar la ira.



La ira es una emoción que necesitamos aprender a controlar.
La ira es una emoción. Como cualquier otra cumple su criterio de normalidad y adaptación en los seres humanos, siempre y cuando esté dentro de unos límites. Cuando una persona no tiene el control de su ira establecido, existen numerosos ámbitos de su vida que pueden verse afectados por ellos, siendo los más habituales: el trabajo, las relaciones sociales y familiares, en resumen, la calidad de vida de la persona puede verse afectada.



Al igual que la ansiedad, la ira es una respuesta gradual de nuestro organismo. ésto quiere decir que va en aumento si la persona no la llega a controlar en niveles inferiores. Además, también afecta a nivel cognitivo ( a nivel de pensamientos) y a nivel fisiológico ( las respuestas que genera nuestro cuerpo en base a la emoción). Es por ello que la ansiedad y la ira suelen estar relacionadas e ir de la mano.

El objetivo principal para tratar de controlar la ira es que la persona sepa identificar qué es lo que les esta produciendo esa emoción, puesto que los estímulos que la desencadenan pueden ser diversos, externos, internos, acontecimientos que vivimos, recordar un acontecimiento traumático, etc.

Para lidiar con la ira las personas utilizamos distintos procesos, ya sean conscientes o inconscientes ( por ejemplo la expresión de sentimientos vs la represión). Según el proceso que utilicemos, las consecuencias que se deriven también van a ser distintas.

Como decíamos antes es  bueno identificar cuáles son las situaciones que nos pueden llegar a producir esta emoción para poder llegar una serie de estrategias y llegar a controlarnos, sin dejarnos llevar por la ira. Algunas de las estrategias que se pueden utilizar son las siguientes:


  • Relajación: en un estado elevado de ansiedad, la ira se dispara. Será conveniente haber adquirido previamente un entrenamiento adecuado en relajación para ponerlo en práctica como estrategia justo en el momento en que empezamos a sentir que nos encontramos enfadados y así no perder los papeles ni dejarnos llevar por la ira.
  • La reestructuración cognitiva es fundamental, ya que en un estado de ira las personas tendemos a ver las cosas de una más grave de lo normal, porque nuestros pensamientos acerca de lo que vivimos son también exagerados. Ver las cosas de otra manera y cambiar nuestra forma de pensar, quizás hacia una manera más racional, puedo ayudarnos a disminuir nuestro estado de ira y agresividad.
  • Intentar solucionar los problemas sin dejarnos llevar por hipótesis que nosotros hagamos también es importante.
  • Mejorar la comunicación. Es conveniente llevar a cabo un entrenamiento en asertividad, que nos permita saber responder a las críticas o saber decir no de una manera tranquila, sin llegar a enfadarnos ni a contraatacar al otro como mecanismo de defensa. Además es  bueno para dejar de hacer hipótesis sobre el comportamiento de los demás y para que los otros respeten nuestras ideas, pensamientos y sentimientos.
  • Utilizar el humor.
  • Cambiar el ambiente... "Tomarnos un tiempo personal" para salir a dar un paseo o hacer otra actividad que nos permita relajarnos y a la vuelta comunicarnos con la otra persona para intentar solucionar el conflicto.

Existen otras maneras de aprender a canalizar nuestra ira cuando está afectando a distintas áreas de nuestra vida por estar fuera de nuestro control. 

"En un estudio llevado a cabo se estima que una persona con mucha tendencia a la ira puede acercarse a un rango medio en unas 8/10 semanas de terapia".  Como siempre se establece como tiempo orientativo, ya que depende de la persona, de las circunstancias y de las técnicas utilizadas.

En cualquier caso, las mejorías son siempre positivas tanto a nivel individual como a nivel familiar, social y profesional.


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