lunes, 15 de junio de 2015

Mutismo selectivo infantil

La timidez excesiva es una causa del mutismo selectivo.


El mutismo selectivo es un problema de ansiedad en el que el niño/a inhibe el lenguaje en un contexto en el que se espera que hable. Normalmente aparece en situaciones sociales, a pesar de que en el contexto familiar  o con personas conocidas no exista problema y el niño se exprese correctamente.

Se trata de una especie de fobia en la que el niño/a al enfrentarse a situaciones sociales siente miedo por un aumento en el nivel de ansiedad. El nivel de ansiedad elevado hace que el niño/a quede bloqueado y paralizado y por ello no se expresa verbalmente. Al no expresarse vence la ansiedad del momento y se siente aliviado, pero esa ansiedad hará que el problema se mantenga en el tiempo y  el resultado es que siga sin expresarse o comunicarse.

Normalmente son niños muy dependientes de sus padres, que pueden sufrir ansiedad por separación, son excesivamente tímidos, inflexibles... Normalmente la edad de aparición de los síntomas suele rondar los 3 y los 8 años, y se hace más evidente cuando entran en el colegio, ya que las interacciones sociales son mayores y necesarias.

Es importante conocer en cada caso específico qué es lo que sucede a cada niño/a y por qué llega a desarrollarse este problema, así como descartar que éste sea síntoma de uno mayor (Ej: trastorno del desarrollo) . Establecidas las causas de cada caso concreto y habiendo hecho el diagnóstico, orientaremos la intervención a cuatro niveles: social, escolar, familiar y personal.


¿Cómo podemos actuar desde el contexto familiar?

  • Proporcionar al niño/a un ambiente tranquilo y relajado, orientado a que exprese con confianza lo que siente cuando se enfrenta a una situación social. No debemos juzgarle ni criticarle. Debemos darle comprensión y escuchar sus emociones.
  • No debemos incidir constantemente en que no se comunica. Debemos intentar compensar el déficit que presenta en este aspecto con los puntos fuertes que tiene el niño/a para que su autoestima no quede dañada.
  • Fomentar sus relaciones sociales e interacciones con iguales, sin estar los adultos o figuras de apego a su lado en todo momento para que el/la niño/a vaya cogiendo mayor independencia. 
  • Reforzar cada uno de los pasos que se de en la comunicación (que se haya acercado a alguien, que llegue a un grupo de gente desconocida y salude, que quiera invitar a algún niño a casa...). Se puede utilizar una economía de fichas, que puede aumentar también la motivación y las ganas del niño/a.
  • No sobreproteger al niño/a
  • Servir de modelo para el niño/a ( que vea que nosotros también ampliamos nuestro círculo de amigos, que nos relacionamos con todos y que no nos supone ningún problema).


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