martes, 9 de febrero de 2016

Evidencias científicas para la elección del tratamiento psicológico en los trastornos de ansiedad y depresión.




El tratamiento psicológico es la primera opción de tratamiento en trastornos de ansiedad y depresión (NICE)


Cuando hablamos de ansiedad nos referimos a una respuesta adapatativa del organismo, es decir, una respuesta necesaria par la supervivencia de las personas. A la ansiedad se asocian síntomas de conducta ( dificultades para dormir, dificultad para terminar con éxito el trabajo debido a la disminución de la atención , la concentración y la memoria, temblores, inquietud, cambios emocionales, tensión en los músculos del cuerpo, cambios en los hábitos de alimentación, tabaco o alcohol); síntomas emocionales ( tensión, rabia, desasosiego, preocupación constante, dificultades para relajarse, alteración del ánimo); síntomas psicofisiológicos ( dolor de cabeza,tensión muscular, bruxismo, sensación de mareo, sensación de sofoco, dificultad para tragar, dolor de estómago, taquicardias, fatiga, temblores, pérdida de interés por el sexo, pérdida o ganancia de peso, aumento de conductas impulsivas: mayor consumo de tabaco, aumento en el consumo de alcohol...), entre otros.

Nos referimos a ansiedad generalizada cuando ésta no aparece ligada a un motivo o situación concretos sino que se dan una ansiedad y preocupación excesivas ante una amplia gama de situaciones. Resulta difícil para la persona controlar ese estado. La activación constante en la que se encuentra la persona puede producir consecuencias para el organismo (alteraciones físicas, trastornos de ansiedad y otras psicopatologías).

Según el Instituto Nacional de Excelencia para la Salud y la Atención del Reino Unido- National Institute for Health and Care Excellence, NICE), " es recomendable que todas aquellas personas que presenten o tengan sospecha de tener algún trastorno relacionado con la ansiedad, reciban tratamiento psicológico como tratamiento de primera elección, por delante del farmacológico".

De hecho, "las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, tanto internacionales como nacionales ( como la del National Institute for Health and Clinical Excellence - NICE-), recomiendan la Terapia Cognitivo-Conductual como el tratamiento de primera elección para el trastorno depresivo leve y moderado, el trastorno de angustia, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas y consideran a la terapia psicológica como una alternativa más eficaz que los fármacos para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y depresión, que a diferencia de éste no genera patologías residuales, y por ello se evita la cronificación del problema. Tampoco presenta efectos secundarios negativos ni a corto, ni a medio ni a largo plazo para las personas" (Revista Infocop).


































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