|
Con el inicio de un año nuevo tendemos a buscar nuevos propósitos para mejorar nuestra vida |
Con el inicio de un nuevo año, sentimos la necesidad de cambiar de vida, mejorarla o ponernos una serie de propósitos, que normalmente se repiten año tras año. Normalmente estos propósitos giran en torno a los mismos temas:dejar de fumar, dieta, deportes, idiomas, cursos… Pero ninguno de los años anteriores hemos cumplido con ninguno de nuestros propósitos, entonces nos los volvemos a proponer para el año siguiente. Y así volvemos a empezar de nuevo.
Solemos hacer estos propósitos tras una época en la que se ha alterado nuestra rutina, y que ya cansados, queremos recuperar. Entonces pensamos en qué queremos llegar a ser y cómo nos gustaría llegar a serlo, que podríamos hacer para conseguirlo. En este momento empezamos a idealizar y a ponernos objetivos sin ser lo suficientemente realistas. Con ello me refiero a que si no hemos hecho nunca deporte, no podemos pretender ir todos los días al gimnasio, debemos empezar por unas horas semanales. Si no nos ponemos metas u objetivos realistas, las probabilidades de abandonar son mayores.
¿Qué debemos hacer para que nuestros propositos de cambio se lleven a cabo?
Es importante marcarnos un objetivo. Este objetivo es el que va a determinar nuestra motivación a la hora de realizar o no la conducta. Siempre que encontremos un sentido a lo que estamos haciendo, nuestra motivación aumentará y no tenderemos a abandonar la actividad o aquello que nos hayamos propuesto.
Plantearnos un plan para llevar a cabo y conseguir nuestro objetivo. Debemos tener en cuenta todas las alternativas que podemos seguir para llegar a conseguir ese objetivo. En principio, debemos elegir aquella alternativa que tenga menos costes para nosotros y que nos permita ir consiguiendo poco a poco lo que nos hemos propuesto. Por ejemplo. Si nuestro objetivo es adelgazar, pero nos cuesta muchísimo hacer una dieta, no debemos nunca seguir durante X días un dieta restrictiva, que luego será contraproducente. Lo mejor será combinar algo de deporte con un cambio de hábitos y estilo en la comida. Nos supondrá menor coste que estar pasándolo mal por no poder comer lo que queramos y nos permitirá mantener nuestra conducta durante más tiempo.
Tener en cuenta si el nuevo propósito es por algo que yo quiero conseguir o estoy interesada o si es por algún factor externo. Siempre que la motivación sea interna, tendremos muchas más probabilidades de éxito.
Como todo lo nuevo, al principio el esfuerzo será mayor. A medida que el nuevo propósito lo convertimos en un hábito, nos costará mucho menos. Que nuestro propósito pase a formar parte de nuestra vida como un hábito es importante.
Para no dañar nuestra autoestima debeos tener en cuenta que aunque cumplamos todo lo que nos vayamos proponiendo, quizás nunca alcancemos ese ideal que queríamos conseguir o con el que creemos que nos sentiríamos mejor. Los pequeños cambios son importantes y el ir consiguiéndolos, deberían hacernos sentir mucho mejor, al menos, lo habremos intentado.
Saber que no siempre se consigue el éxito, que siempre hay fallos o recaídas. Pero esto no debe llevarnos a abandonar. Analizar qué es lo que ha pasado en ese momento puntual y buscar estrategias de afrontamiento son importantes y necesarias para saber cómo actuar de nuevo si la situación de riesgo vuelve a repetirse.
Fijarse objetivos basados en una motivación propia e interna
Hacer un planning por escrito del nuevo objetivo ayuda a la persona a tomar la decisión de realizarla y llevarla a cabo. Además, aumentará la motivación de la persona al ir viendo que va cumpliendo con aquello que se ha propuesto.
Verbalizar en voz alta mediante autoinstrucciones o decírselo a alguien puede ayudarnos también a seguir con nuestra propuesta, ya que existe una especie de compromiso, tanto con nosotros mismos como indirectamente con otra persona.
Autoevaluación al final del día o al menos una vez a la semana también es recomendable para analizar cómo me he ido sintiendo a lo largo de la semana al cumplir mis objetivos o identificar qué ha fallado si no lo hemos llevado a cabo.
La constancia es un factor fundamental. Convertir nuestros propósitos en hábitos nos facilitará mucho la tarea.
No es necesario esperar al 1 de enero para empezar cualquier tares ni tirar la toallo por no haberlo hecho cuando nos lo propusimos. Nunca es tarde..
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si has leido esto estamos muy interesados y te estamos agradecidos por poder conocer tu opinión